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Parecemos máquinas como desarrollamos el trabajo

En esta dinámica que encontramos en la vida, los tiempos de cada uno son algo que marca el acontecer, ya que nunca medimos estos tiempos porque nos dejamos llevar, sin siquiera tener el momento para poder meditar.

Nos parecemos a máquinas que están diseñadas para llevar a cabo las tareas encomendadas, muchas de las veces lo hacemos como robot, no tomando en cuenta la real valía de lo que uno aporta en llevar adelante esas tareas.

Todo trabajo en sí es importante para la persona, ya que en ello se va gran parte de la vida, si basta con mirar cuanto tiempo se lleva en responder a los requerimientos impuestos.

El trabajo también es un desarrollo de la persona, ya que ella pone todo el empeño para llevarlo adelante, uno se siente muchas veces pleno con lo que realiza y también por el compañerismo que se va dando con el correr de los años.

Ahí es donde debemos realizar instancias que nos permitan conocer a la persona que convive tanto tiempo, muchas veces sólo conocemos lo exterior y no entramos con mayor profundidad, una por miedo u otra por no involucrarse en el otro, pero es aquí donde debemos profundizar más, porque en muchas de ellas hay procesiones que llevan dolor, angustia o situaciones difíciles, por eso démonos el tiempo y valoricemos a la persona, no nos quedemos con lo negativo, que muchas veces se refleja más, sino en la totalidad del ser.

Interactuemos, hagamos gestos que nos lleven a tener una mejor comunicación, una mejor amistad, aun respetando que no todos somos afines, pero intentando crear un mejor clima en la relación y en la valoración de la persona humana.

Sólo por hoy quiero ser feliz y lo quiero compartir contigo.

Sólo por hoy trataré de ajustarme al otro y no como yo quisiera que fuera el otro.

Sólo por hoy cuidaré mi organismo, no abusaré de él ni lo abandonaré.

Sólo por hoy haré el bien a alguien, sin que la persona lo descubra.

Sólo por hoy seré agradable, me vestiré con el mejor traje, seré más tolerante y no destruiré con una crítica al otro.

Sólo por hoy trataré de valorar y atesorar la vida, sin abordar todos los problemas que conlleva.

Sólo por hoy me dejaré querer por este Dios de amor, y pondré en oración a los que comparten conmigo el trabajo.

Sólo por hoy dejare atrás mis miedos, ya que en ti encontré la felicidad de tu amistad.

                                                                   Hugo Ramírez Cordova.

OvalleHoy.cl