InicioultimasOpiniónPavimentando el terreno de la arbitrariedad.

Pavimentando el terreno de la arbitrariedad.

La forma en que se ha desempeñado la Convención Constitucional desde que se instaló en el ejercicio de sus funciones hace un mes y medio aproximadamente, no ha dado más que muestra de la intolerancia, arbitrariedades y antidemocracia por parte de la mayoría de los miembros que la integran, (no todos los miembros, en eso debemos ser justos, ya que no todos caen dentro de las palabras que antes indiqué, pero si desgraciadamente la mayoría), ya que debemos incluir dentro de los no excluidos a la izquierda radical, la lista del “pueblo” y otros que son una suerte de camaleones políticamente hablando.

¿Por qué afirmo que no han más que dañado la democracia, demostrado su intolerancia y arbitrariedad?, esto porque tenemos situaciones como la que ya he indicado con anterioridad, que cuando no les gusta el resultado de una votación las repetían, o el llamado a movilizarse y “rodear” la Convención, a “no subordinarse” y ahora como “guinda de la torta” de lo antijurídico y democrático tenemos la exclusión arbitraria del convencional Jorge Arancibia de la Comisión de Derechos Humanos que legítimamente integra, por parte de otros constituyentes, cuestión que además de ser antidemocrático y arbitrario, carece de todo valor legal por parte de sus actores, pues el único organismo que pudiera a cualquier constituyente vetarlo de tal manera es el Tribunal Constitucional y no sus pares, por lo que además de adolecer de todo valor jurídico esta decisión, es un abuso a las prerrogativas que concentran en el ejercicio de sus funciones.

La actitud de los convencionales que han dictaminado que el almirante Arancibia, quien fue elegido democráticamente para este comento y que anteriormente también fuera elegido de manera democrática con una alta votación popular para ser Senador de la República e incluso fuera designado embajador de Chile en el extranjero, no es más que sectarismo y fanatismo pura además de antijurídica y democrática, pues estos convencionales se erigen como poseedores de la verdad al parecer, como que si su verdad fuera la única y la que debe ser válida. 

No siendo este el único caso de excusión arbitraria y de desigualdad ante la ley, dentro de esta misma comisión que ya ha dejado bastante que desear con la toma de decisiones, pues tenemos el cado de la exclusión de ciertas organizaciones de la sociedad civil de las sesiones de participación ciudadana, entre las cuales se encuentra la Fundación Jaime Guzmán, cuestión a que nuevamente antojadiza y antidemocrático, pues nunca, ni en el Congreso se han realizado estos vetos ideológicos, políticos y/o religiosos; por lo que nada bueno se puede esperar no solo de esta comisión, sino que de esta convención.

En Chile aún rige una democracia pluralista amplia, en donde ningún partido, organización o movimiento ha sido considerado inconstitucional, siendo que en la actualidad existen a lo menos dos partidos que debieren disolverlos por incitar al odio, a la violencia, a la lucha armada, a la quema de iglesias y otros, que son causales para su desintegración, uno de ellos de hecho se encuentra prohibido en Alemana, así que saquen sus propias conclusiones a cuales partidos me refiero.

Estos convencionales no han hecho más que continuar con la destrucción que lo que tanto dicen defender y se arrogan el título de “líderes” y sí les puedo conceder ese título de líderes en la intolerancia, en la odiosidad, en ser los principales promotores de la ingobernabilidad, pues la intolerancia es su segundo nombre, predican pero no practican, se adjudican ser los paladines y defensores de la tolerancia, pero son todo lo contrario; aparentan algo que no son y lo usan de manera estratégica y la intolerancia, la violencia, el matonaje, se han transformado en sus consejeras.

 Como bien dijo el Presidente Abraham Lincoln en su famoso discurso de Gettysburg de 1863: “El Gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo”, es decir que somos nosotros los principales encargados y gestores de velar por tener un Gobierno democrático, he ahí una importante razón para ir a hacer valer un derecho como la votación del plebiscito de salida, así que tengamos en mente todo lo que hasta ahora ha sucedido y el texto final cuando debamos votar, porque nada bueno puede salir de la arbitrariedad, la intolerancia y sobre todo del odio que demuestran hasta ahora el peso de sus acciones.

Susana Verdugo Baraona

OvalleHoy.cl