El Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) ha prohibido el uso de los plaguicidas que contienen tributilestaño, terbufós y metoxicloro, debido a sus graves efectos en la salud humana, los animales y el ecosistema.
Estos compuestos pueden provocar intoxicaciones severas en personas que los manipulan sin la protección adecuada, así como generar efectos crónicos en quienes están expuestos de manera indirecta, como trabajadores agrícolas y habitantes de zonas rurales.
Los plaguicidas prohibidos afectan gravemente a la fauna, en especial a insectos polinizadores como las abejas, fundamentales para la biodiversidad y la producción agrícola. Además, contaminan fuentes de agua, envenenando peces y otras especies.
El uso de estos químicos se ha vinculado con la degradación de los suelos y la contaminación de ríos y napas subterráneas, afectando la vida silvestre y la calidad del agua potable.
Acciones del SAG
La prohibición de estos plaguicidas responde a acuerdos internacionales que buscan reducir el uso de sustancias altamente tóxicas. El SAG también ha impulsado nuevas normativas para fomentar alternativas más sustentables y seguras.
El SAG insta a la comunidad a denunciar cualquier intento de comercialización o uso de estos plaguicidas prohibidos. Además, recuerda que todos los plaguicidas, incluso los naturales, deben ser utilizados con estrictas medidas de seguridad.
Para el organismo fiscal esta medida representa un avance hacia una agricultura más segura y responsable, protegiendo la salud de las personas y el equilibrio del ecosistema.