Cada cierto tiempo, de regreso a casa, compro en una panadería del centro que me queda de paso. Siempre la misma cantidad de panes, el mismo precio.
“Son 880 pesos, más los cien de la bolsa” me dice la encargada de la caja la última vez.
“Más los cien de la bolsa”, me queda dando vuelta mientras camino. Desde que comenzó a regir la prohibición de entregar bolsas plásticas , primera vez que advierto que me cobraban por la de papel en esa panadería.
Antes el pan lo entregaban en una bolsa de plástico, sin costo para el cliente. Ahora, si no quieres salir con los panes en la mano, tienes llevar una bolsa desde la casa ( y pasearla toda la mañana en el bolsillo) o comprar una bolsa “reciclable” en el mismo local. Doble negocio para el comerciante: ahora ahorran la bolsa plástica que antes entregaban gratuitamente al cliente, y cobran $ 100 por la de papel o hasta 350 por una “reciclable” con publicidad. En una de esas termina siendo más rentable vender bolsas que fabricar el pan.
Llegando a casa leo en un diario nacional del proyecto impulsado por los senadores Carmen Gloria Aravena y Francisco Chahuán para que el comercio – sea cual fuere – esté obligado a entregar al menos una bolsa biodegradable sin costo por cliente.
“Cuando se prohibió la entrega de bolsas plásticas nunca se pensó que las empresas no entregarían siquiera un envase. Se pretendía eliminar el plástico, pero no tener que salir con los productos en las manos”, señaló Aravena por medio de un comunicado.
“Pedimos que no les cobren la bolsa de papel a los clientes, la cual antes se entregaba de manera gratuita y para así recuperar la dignidad del consumidor”, agregó la senadora.
En tanto, Chahuán criticó al comercio por estar “ahorrando a costa de los consumidores” y aprovechado la ley para beneficiarse.
“No solo ahorran por el enorme presupuesto que significaba tener que proveer al público de bolsas plásticas, sino que, además, muchos de ellos han generado el negocio de vender sus bolsas de género u otro material reutilizable”, señaló.
A lo anterior se suma que la mayoría de estas bolsas que vende el comercio para entregar los productos, llevan la publicidad del local la que es exhibida durante todo el trayecto a la casa.
Se veía venir el problema cuando fue aprobada la prohibición de entregar bolsas plásticas, que los comerciantes, las empresas no proporcionarían graciosamente la alternativa de solución con beneficio para el cliente. Los únicos que no lo advirtieron fueron los legisladores que ahora están procurando utilizar un «parche curita» para dar solución.
Típico de nuestra legislación ¿no?
M.B.I.