Ese fue el titular principal de portada del diario “Publimetro” de Santiago el pasado miércoles, algo no sabemos si para preocupar a los capitalinos o para alegrarlos. O para molestarnos a los ovallinos.
En estricto rigor esto corresponde a las declaraciones de Paula Santibañez, doctora en Ciencias Silvoagropecuarias y Veterinarias, y miembro del equipo técnico de la Facultad de Ciencias Agronómicas de la Universidad de Chile, encargado de realizar un informe climático con proyección en la mitad del siglo XXI.
Según Santibañez “en el futuro Santiago tendrá el clima de Ovalle, mientras que las temperaturas de la capital pueden llegar a Chillán”, afirma la profesional, haciendo notar que ese posible escenario se haga realidad en 2050.
El documento, encargado por el Ministerio de Medio Ambiente, deja en evidencia las consecuencias del cambio climático en la totalidad de comunas de nuestro país y vislumbra un alza en las temperaturas junto a la disminución en las precipitaciones en gran parte del territorio nacional. Para la Región Metropolitana, la proyección prevé un aumento de 2,7 grados.
“Según Santibañez, – agrega la publicación – Santiago tendrá un clima “más árido, desértico”, similar al que hoy se encuentra en localidades como Ovalle o Combarbalá. Con máximas promedio durante el verano de 34 grados y olas de calor que llegarían a los 37 y 38 grados.
En el caso del invierno, la mínima promedio actual de 4 grados, sería de 5,5. Sin embargo, la profesional advierte que esta alza no desaparecerá las olas polares que hoy afectan a la zona central. “Si bien van a aumentar las mínimas durante todo el año, se van a mantener estos episodios en que las temperaturas llegan incluso hasta los 6 grados bajo cero. Además, es posible que aumente la frecuencia de estos eventos”, advirtió Santibañez.
Ese es un escenario preocupante, desde luego, aunque no nos queda claro si los ovallinos tendríamos que sentirnos molestos por esa comparación. Porque, después de todo… ¿Qué tiene de malo nuestro clima, ah?.