En las últimas semanas se ha dado gran relevancia y controversia sobre proyecto de ley firmado por el presidente Sebastián Piñera acompañado por la ministra de Educación, Marcela Cubillos, donde incluyen modificaciones en el actual Sistema de Admisión Escolar (SAE) las cuales reestablecen el mérito y el esfuerzo como criterio de selección. Actualmente, Educación 2020 expresa que, este sistema a través de un algoritmo iguala las vacantes disponibles con las preferencias de las familias, eliminando la segregación.
Según los datos del Mineduc el 82% de los niños y niñas resultó admitido en una de sus preferencias. Hay que señalar que este sistema aún no se implementa en la Región Metropolitana. En la página del SAE del Ministerio de Educación (https://www.sistemadeadmisionescolar.cl/que-es/) se menciona: “Al eliminarse la selección, las y los apoderados podrán elegir con libertad el colegio al que quieren postular a sus hijos, ya que los establecimientos educacionales no podrán exigir antecedentes de ningún tipo a las familias, ni tampoco realizar pruebas académicas o entrevistas personales a los postulantes.”
Debido a lo anterior, y sabiendo que existen establecimientos educativos, en nuestra provincia, región y país, que son de excelencia, los cuales eventualmente podrán seleccionar a sus estudiantes recibiendo con ello un mayor aporte de recursos para sus proyectos por sus resultados académicos, me he preguntado-si los establecimientos educativos deben seleccionar por mérito y esfuerzo- referido a sus notas y conductas, o debe haber libertad de segregación e inclusión. A la luz de las prácticas basadas en la evidencia e investigaciones, es que a continuación revisaremos una serie de argumentos que podrían entregar mayor claridad sobre este debate que definirá y asegurará la educación en igualdad de condiciones como derecho fundamental de los seres humanos para desarrollar su máximo potencial.
Las investigaciones desde las neurociencias nos muestran que todos aprendemos distinto en forma y tiempo, el cerebro de un recién nacido tiene un 25% de su peso de adulto, por lo cual podemos inferir que al nacer continua creciendo y sumando nuevas células nerviosas, los hemisferios cerebrales maduran al pasar de los años desarrollando la mielinización de las neuronas, un proceso que hace más eficiente el paso de la información en la sinapsis; aumenta la arborización neuronal que corresponden al crecimiento de los cables receptores de información que comunican las células nerviosas unas con otras, haciendo referencia a los axones y dendritas.
Cada uno de nosotros es único y formamos nuestras propias redes neuronales, metafóricamente hablando, son verdaderas carreteras de información que están en nuestro cerebro y se crean con la información sensorial, con las nuevas experiencias vívidas y el aprendizaje. También la perfección de nuestro cerebro nos permite a cada uno de nosotros poseer las mismas estructuras cerebrales por ende la misma capacidad de aprendizaje. Lo que genera una real diferencia en su capacidad, maduración y desarrollo, según las investigaciones, son las marcas epigenéticas que heredamos de nuestros antepasados, y los factores biopsicosociales los que corresponden a la interacción con el ambiente y contexto, es decir, marcas químicas que no alteran nuestro ADN pero si activan y desactivan la expresión de nuestros genes afectando la estructura y función de nuestro cerebro y comportamiento durante toda la vida fruto de la acción experiencial, del entorno en que ha crecido una persona (la crianza), la interacción con el medio (relaciones sociales), la educación que ha recibido (de calidad y excelencia), la buena nutrición, la estimulación de las experiencias, los fármacos consumidos, etcétera.
Por otra parte, existe la expresión de los genes que depende, en gran medida, del desarrollo de nuestro capital cultural, de las relaciones sociales y emocionales, podríamos reflexionar que nuestra capacidad de aprendizaje depende en un porcentaje de lo genético (heredado) y otro porcentaje sobre las experiencias vividas. No podemos entregar datos cuantitativos, ya que la epigenética es una disciplina relativamente nueva y aún existe gran controversia en qué afecta más, la genética o el ambiente. Pero si tenemos claridad de que ambos poseen igualdad de importancia con un enfoque más integrado respecto a la expresión génica y el desarrollo humano.
Les puedo plantear que el tipo y la calidad de las experiencias depende en gran medida de la educación y la estimulación que recibamos lo cual es fundamental para que estas sean positivas e impacten en nuestra cognición, permitiendo tener una mayor capacidad de aprendizaje y desarrollo.
Por ello quiero llevarlos a la reflexión sobre si esas experiencias que nos permiten aprender y relacionar los conocimientos previos con los nuevos, serán iguales entre los estudiantes que viven día a día la vulneración de sus derechos más básicos, versus aquellos que tienen un buen sustento económico y apoyo sólido en su formación familiar, emocional y cultural, ¿tendrán igualdad de oportunidades en la obtención de sus calificaciones y de sus normas de conductas?, de aquí se desprende otra pregunta ¿Mérito o inclusión?, para respondernos debemos tener en cuenta, como mencionamos anteriormente, que el cerebro presenta circuitos y estructuras predeterminadas y otras que se construyen a lo largo de todo nuestro aprendizaje, debemos considerar que el impacto del ambiente es fundamental ya que este modula y perfecciona cada una de las funciones mentales superiores que constituyen el centro de mando y el núcleo central de nuestra vida, expresando y desarrollando todas nuestras capacidades y habilidades que nos permiten enfrentar los desafíos diarios.
Cómo estimulamos nuestra cognición, la cual regula las funciones ejecutivas, a través de una educación de poca calidad y sesgada en su relación social y con experiencias limitadas segregando a los estudiantes de menor resultado académico producto de su propia realidad.
¿Qué sucede con los niños y niñas que tienen necesidades educativas especiales? ¿No merecen estar en un colegio de excelencia? ¿Qué pasará con los que no cuentan con un capital cultural de calidad, con los que tienen una mala nutrición debido a su contexto impactando negativamente en su desarrollo neurocognitivo, con aquellos que tienen otras habilidades o intereses, con los niños y niñas que su cruda realidad no les permite desarrollar su potencial o simplemente los que quieren ser mejores y no tendrán la oportunidad porque sus notas no alcanzan?
Les restaremos oportunidades a todos aquellos solamente por el hecho del “mérito” donde los establecimientos educativos que seleccionan a los mejores solo con el único fin de seguir siendo de excelencia, ¿Dónde está su compromiso ético de educar sin distinción?, ¿Dónde está el derecho de que todos debemos recibir una educación de calidad? Preguntas que quizás ustedes se puedan responder.
Para que cada uno de los lectores pueda reflexionar sobre sus propias conclusiones les dejo bibliografía complementaria con la cual podrán tener mayor certeza y basar en la evidencia e investigaciones, desde la neurociencia y la epigenética, su opinión y decisión.
BEDREGAL, PAULA, SHAND, BEATRIZ, SANTOS, MANUEL J, & VENTURA-JUNCÁ, PATRICIO. (2010). Aportes de la epigenética en la comprensión del desarrollo del ser humano. Revista médica de Chile, 138(3), 366-372. https://dx.doi.org/10.4067/S0034-98872010000300018
E. R. Kandel, J. H. Schwarts, T. Jessel, S. A. Siegelbaum y A.J. Hudspeth, (2001). Principios de neurociencia, McGraw-Hill/Interamericana, Madrid, España.
Investigación y Ciencia. (2015). Epigenética: La herencia más allá de los genes. Barcelona, España. Edición española de Scientifie American. 52-88 pp.
Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). (2009). La Comprensión del cerebro: El nacimiento de una nueva ciencia. Santiago, Chile: Universidad Católica Silva Henríquez (UCSH).
Lavados Montes, J. 2012. El Cerebro y la Educación: Neurobiología del aprendizaje. Santiago, Chile: Taurus.
Tomás Ortiz. (2011). Neurociencia y Educación. Madrid, España: Alianza.
Marco Antonio Barraza
Jefe Unidad Técnico Pedagógica
Escuela Alejandro Chelén Rojas
Monte Patria