La familia Hernández Gálvez levantó el proyecto «Hacienda Santa Cristina» en el valle que aman, después de años de experiencia en Tongoy y Puerto Velero. Formaron un hotel y un restaurant con buen gusto, un equipo con gente del pueblo y mucho cariño por el Limarí.
Cuando Paulina Gálvez le contaba a sus amigos y a la gente que trabaja en turismo de la región que quería construir un hotel y un restorán en la hacienda donde vivía, en la Hacienda Santa Cristina, todos le decían que estaba loca. Más aún, considerando que para eso iba a dejar de gestionar el famoso Chiringuito de Puerto Velero, el cuál administró de forma muy exitosa durante 10 años.
“Cómo se te ocurre”, escuchaba. “Es una locura”, le decían. “Quién va ir ahí, por qué irían ahí”, remarcaban los escépticos.
Hoy, Hacienda Santa Cristina es una de las puertas de entrada al Valle del Limarí. Un referente ineludible en hotelería, gastronomía, servicio e innovación. La compraron el año 83, querían un punto medio entre Tongoy y Ovalle. Se extiende por 80 hectáreas y fue adquirida para trabajar en agricultura y ganadería.
Paulina Gálvez viene de una familia con tradición en servicio. Ella es profesora de arte, pero quiso meterse a la cocina y al negocio familiar por el gusto y la pasión por la comida y el servicio. Su familia administró la clásica ‘Hostería Gálvez’ en el balneario de Tongoy y luego, ella misma se hizo cargo del Chiringuito de Puerto Velero.
“El trabajo realizado en Puerto Velero fue bueno, los clientes de ahí, empezaron a venir acá”, argumenta Juan Pablo Hernández, hijo de Paulina y gerente general de la Hacienda.
El año 2000 se incrementó el negocio vitivinícola en la zona, la familia lo identificó rápidamente porque las viñas que se empezaban a interesar en el Valle del Limarí llegaban a la hacienda buscando lugares para hacer catas y alojar a sus altos ejecutivos e invitados. Así que el 2004 los cuatro componentes de la familia Hernández Gálvez conversaron la propuesta que les hizo Paulina y decidieron empujar el proyecto para adelante.
El arquitecto que eligieron fue el profesional ovallino Gerardo Marambio, quien trabajó de la mano con la familia. Remodelaron la Hacienda. Un tranque, caballerizas y piscinas de decantación se transformaron en una de las joyas más visitadas de la Provincia del Limarí.
Se partió restaurando la casa patronal, remodelando bodegas, estacionamientos, pesebreras y queserías para convertirlas en salas de reuniones.
En enero del 2007 abrieron y el éxito ha sido total. Ofrecen alojamiento, tinas calientes, caminatas por los huertos repletos de paltos, naranjos, duraznos, tomates, porotos… Además de masajes y un restaurant de los mejores de la región, el cual se abastece de las hortalizas del huerto.
“Es el sitio perfecto para recorrer la cuarta región, tiene una ventaja geográfica. La distancia entre cordillera y mar es estrecha. Un oasis en el Limarí, a 25 minutos de la playa, Tongoy o Guanaqueros. Ovalle a 40 minutos, y Coquimbo y La Serena a 40 minutos. Es una ubicación estratégica, cerca del Parque Nacional Fray Jorge”, relata Juan Pablo Hernández.
Restaurant
El restaurant de Santa Cristina se la juega por una propuesta con lo mejor de lo nuestro:pescados y mariscos de las caletas cercanas y los mejores productos agroalimentarios del Valle. En el centro destaca la cava, regada por los más destacados vinos del Limarí
La Carta es amplia, más de 70 platos. Se compone por platos que vienen de los tiempos de la Hostería Gálvez, pasando por recetas incorporadas desde Chiringuito. Pero tiene una particularidad, todo lo que hay en la carta está. “No hay nada más desagradable para un cliente que ir a un restaurant. Ver un plato en la carta y que no esté”, detalla Hernández.
En la carta destaca: pulpo grillado con alcaparras y ajo, los platos con queso de cabra, el cabrito y el asado de tira al vino tinto.
“Tenemos sugerencias diarias, como por ejemplo erizos frescos, pero esos platos no están en la carta, ya que dependemos de la disponibilidad en el día de esos productos”, agrega.
La clave del éxito Hernández la tiene clara: “Tenemos un equipo de trabajo extraordinario. El 99% de la gente que trabaja con nosotros es gente del pueblo de Santa Cristina, algunos se han ido a estudiar para perfeccionarse y otros se han capacitado durante años trabajando con nosotros. La clave del éxito es el equipo que hemos formado con ellos”.
Un diamante en bruto
Hernández asegura que el potencial del Valle del Limarí no tiene techo. “Nos interesa que el Valle del Limarí crezca. Cada iniciativa interesante tiene eco y hace que todos nos desarrollemos. Todos tenemos que entregar buenos servicios gastronómicos y hoteleros para que la gente se quede el mayor tiempo posible en nuestro Valle. Para que disfrute y esa buena experiencia la quiera repetir más gente”.
Para finalizar, la invitación: “Nosotros le hacemos un llamado a la gente que quiera un servicio de calidad, en el Valle más lindo de Chile, con productos de calidad: que venga a Santa Cristina”, cierra Juan Pablo Hernández.
Por Ignacio González Mas
Periodista
En Exclusiva para OvalleHOY.cl
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