La inminente llegada de los servicios de transporte Uber a Ovalle ha abierto una comprensible discusión en la ciudad para analizar los efectos que tendrá para los usuarios.
En la actualidad se está en la fase de “reclutamiento” de vehículos y conductores en la ciudad, así como en la inscripción de potenciales usuarios a la aplicación. El servicio extraoficialmente debería estar en funciones a mediados del mes de abril.
La información ha sido recibida con mayor o menor nivel de rechazo en el medio local del transporte de pasajeros menor.
Es extraño que a los que podrían resultar directamente afectados, el tema no les inquieta mayormente: los taxistas. En lo principal, según nos señalaron propietarios de vehículos, porque ellos desde hace muchos años se han visto enfrentados a una competencia feroz y desleal de vehículos particulares que cumplen servicios “piratas”, pero en especial por conductores del servicio de colectivos que con frecuencia se salen de sus recorridos para hacer “carreras” particulares a distintos sectores de la ciudad y de la provincia. Mencionan por ejemplo taxis colectivos que se instalan en el subsuelo del Supermercado Líder que desarrollan de manera desembozada funciones de taxi básico.
Este último gremio, el de Taxis Colectivos, reaccionó con mayor énfasis ante esta amenaza inminente a través de declaraciones del Presidente de la Federación, Cristian Pinto a diario El Día.
Hace notar Pinto en la nota que el servicio Uber es totalmente ilegal por cuanto sus conductores no cumplirían con las exigencias del sistema para transportar pasajeros; además que no cuentan con los seguros necesarios para sus usuarios en caso de accidentes. En resumen, no cumplen con las exigencias mínimas que el ministerio de Transporte impone a los restantes gremios.
Conductores de taxi colectivos con los que hemos conversado en las últimos días, afirman que una vez más el gobierno intenta disfrazar la cesantía creando fuentes artificiales de trabajo, y haciendo la vista gorda ante las ilegalidades. “Ya lo han hecho con el comercio ambulante y ahora lo hacen con los Uber”, afirma uno. Otro asimismo hace notar que Ovalle es una ciudad tan congestionada en transporte, que no resistiría el aumento del servicio de taxis en sus calles céntricas.
En los usuarios en cambio las opiniones están inclinadas mayoritariamente en favor del nuevo servicio, opinando que vendrá a ofrecer competencia mayor a la actual y ayudando a mejorar los servicios. Cuestionan a los taxis básicos por las tarifas desproporcionadas en una ciudad con recorridos tan breves, y en el caso de los taxis colectivos a la mala calidad del servicio: vehículos mal mantenidos, conductores que no se preocupan de su presentación personal, radios encendidas a alto volumen durante el viaje en radioemisoras con emisiones chabacanas, líneas que no respetan los recorridos (las famosas “vueltas cortas”) según la conveniencia del conductor, etc.
Rechazan finalmente el tema de la congestión porque, dicen, los Uber no tienen recorridos fijos, sino que pueden buscar calles alternativas para trasladarse desde un punto a otro de la ciudad.
Creen que con la nueva aplicación todos tratarán de corregir sus errores, entre ellas las tarifas, y será el usuario el principal ganador.
No obstante lo anterior, sería de desear que el Gobierno acelerara la tramitación de las reglas del juego para el funcionamiento del nuevo servicio, con empadronamiento de todos los vehículos, conductores, tarifas, etc, con el propósito de dar tranquilidad y seguridad a los usuarios y garantizar a los gremios que la cancha está pareja y todos juegan con las mismas reglas.
Es decir, orden y transparencia.
M.B.I.