Nos hemos ido acostumbrando al poco respeto que suele haber entre rivales del futbol nacional e internacional. Malas actitudes de barristas, ausencia de fair play entre clubes y en los mismos jugadores y cuerpo técnico en las canchas.
Todo esto ha ido haciendo que gran cantidad de público se aleje de los estadios, para proteger la integridad física y cultural de sus familias que a menudo son testigos de comportamientos que distan de ser un ejemplo.
En las semanas anteriores llamó la atención el gesto del entrenador Marcelo Bielsa, que ante un gol conseguido por su equipo en la competencia de Inglaterra, marcado mientras un jugador rival estaba en el piso, ordenó sus jugadores dejarse anotar un tanto en su arco, lo que ocasionó la igualdad del rival.
Pero hay otras conductas que están lejos de las cámaras de la televisión y de la difusión de la gran prensa, peto que vale la pena poner de relevancia.
Como por ejemplo la del equipo de Curacaví que el fin de semana llegó hasta el Estadio Diaguitas para caer ante el Deportivo Ovalle 1 x 0, resultado que les dolió profundamente según se vio por la actitud corporal de sus jugadores al finalizar el partido.
No obstante esto los visitantes al marcharse dejaron el camarín impecable, limpio y ordenado, y una nota escrita a mano que decía:
“Muchas gracias CSD Ovalle por la recepción. Los esperamos en nuestro estadio . CURACAVI F:C.”
Y agregaron en la página de Facebook: “somos rivales, no enemigos”.
¡Que bonito , no?