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Un visitante inusual: Se avista al flamenco de James en el humedal El Culebrón

De acuerdo a reportes ciudadanos, durante esta temporada de antesala al verano, y que aún permanece, es posible observar un ejemplar de parina en el humedal El Culebrón en la comuna de Coquimbo. Esta especie, cuyo hábitat natural son los ambientes de alta montaña, corresponde al flamenco de James.

“En el mundo hay 6 especies de flamenco, en Chile tenemos 3 y la especie que podemos ver ahora en la playa changa de Coquimbo y humedal El Culebrón, es la parina chica o flamenco de James, su nombre científico es Phoenicoparrus jamesi”, señala Paula Plaza, investigadora postdoctoral Instituto de Ecología y Biodiversidad (IEB).

Este avistamiento fue reportado por los monitores ambientales del Programa de Empleo de Emergencia (PEE) de CONAF, que cuenta con la colaboración del Centro Científico CEAZA, IPP-UCN y Gef Humedales Costeros. 

Según Jaime Aguilar, monitor ambiental de CONAF, su trabajo consiste en “registrar las amenazas que existen en el humedal para la biodiversidad que habita en el sector, ya que encontramos una gran cantidad de especies de aves, reptiles e insectos. En estos momentos estamos con la visita de un flamenco de la puna o una parina chica que está en el sector de la playa Changa, que también corresponde al humedal El Culebrón. Nuestra misión es registrar las amenazas que tienen estos animales, avisar a la autoridad, monitorear la presencia del ave y poder dar así una protección más eficaz al sector”.

La encargada de Ciencia Ciudadana de CEAZA, Paloma Núñez, quien trabaja con ellos, indicó que este tipo de visita ha ocurrido en años anteriores. “Los humedales costeros son espacios que albergan mucha biodiversidad, pero también reciben visitas desde diferentes lugares, como es el caso de la parina chica, en el año 2021 tuvimos su visita, la que pudimos capturar e incluir en el cuento La Orquesta del Humedal”, indicó la profesional.

Este flamenco es caracterizado por su tamaño mediano, plumaje rosado pálido y un pico negro con base amarilla. Además, es poco común que esta especie visite zonas costeras, ya que su hábitat natural está en los ecosistemas salinos del altiplano.

“La parina chica que es la que vemos acá, es la más pequeña entre los 3 tipos de flamencos de Chile, se alimenta de diatomeas y vive principalmente en zonas altoandinas entre los 3.000 y 4.000 metros sobre el nivel del mar, latitudes más bajas son poco frecuentes, entonces el registro que nosotros estamos observando acá es algo poco frecuente”, destaca Paula Plaza.

De acuerdo a la investigadora, los flamencos son aves acuáticas filtradoras y en su pico tienen estructuras que son parecidas a dientes, llamadas lamelas, las que usan para filtrar pequeños microorganismos que obtienen desde el suelo.

“Las aves mueven sus patas largas para remover el sedimento, el agua y lo que está abajo y luego con el pico van filtrando estas partículas que son su alimento, esto lo hacen a menudo porque son partículas muy pequeñas y necesitan mucho volumen para poder alimentarse bien”, explica.

La interacción entre el humedal y la parina chica

Según los datos de la investigadora Plaza, es solo un individuo que bajó, probablemente un juvenil. Además, recalca que estas aves tienen gran poder de movimiento, se mueven entre salares altoandinos constantemente y no hay un patrón claro de cuáles son para entender estos movimientos, ya que siempre andan en busca de comida.

“Como hemos visto en fotos, está expuesta a presiones como ataques de perros, normalmente la parina vive en salares altoandinos y ahí la presencia de perros no es frecuente, entonces en zonas costeras se enfrenta con otras amenazas diferentes. La respuesta de ella a estas amenazas la verdad se desconoce, pero sí hemos podido ver que los perros son los que más la están molestando”, recalca Plaza.

En este sentido, Paloma Núñez apunta que “es muy importante cuidar estos espacios porque nos otorgan muchos beneficios, como el agua, también cumplen un rol fundamental para mitigar el cambio climático. Entonces, proteger estos espacios no solamente beneficia al ser humano, sino que también a otras especies, como el caso de las aves migratorias”.

Fuente: Ceaza
Fotos: Jaime Aguilar (@jaimeaguilarortega).

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