La derrota sufrida por Brasil, en su propia cancha ante Alemania, por las semifinales del Campeonato Mundial – 7 x 1 – fue un resultado que impactó al mundo deportivo internacional, y que caló hondo en un país inmensamente futbolizado.
Sin embargo, no cabe duda que Brasil tiene jugadores y fortaleza para superar ese recuerdo que los avergüenza, y que en un futuro próximo volverá a ser el equipo de alta competencia que ha sido durante gran parte de su historia y respetado en todo el mundo.
La derrota de 6 goles contra 0 de Deportes Ovalle con La Pintana el sábado en el estadio Municipal de Punitaqui causó también consternación a los alrededor de setecientos hinchas que llegaron hasta el reducto limarino, y un profundo dolor a sus seguidores más fieles que estaban lejos de esperarlo, o de imaginar algo semejante. Hubo un aficionado que comentaba hoy en su cuenta de Facebook que pensaba que al despertar todo no resultaría sido una pesadilla, pero reflexionaba posteriormente que no obstante eso el próximo fin de semana estaría allí en el estadio para apoyar al equipo.
Estamos seguros que esto , que nos ha traído abruptamente a tierra, hará que no pocos se alejen del estadio, y que se retorne al promedio histórico de asistencia, con la presencia sólo de aquellos que siguen a muerte al verde, vaya donde vaya.
Y, lo que es mas importante, que jugadores y cuerpo técnico sepan extraer de este partido las lecciones que permitan corregir errores y retomar la senda de los buenos resultados. Pues llamó la atención que bloques que hasta el momento habían funcionado muy bien – el mediocampo defensivo y la defensa, por ejemplo – el sábado fueran pasados a llevar por los visitantes con notable facilidad, y sólo la actuación del arquero López evitó una derrota más abultada. ¿es que esos jugadores no tienen calidad? Nada de eso. Sólo es necesario ajustes posicionales, o tal vez una o dos modificaciones para que el rodaje del equipo vuelva a la normalidad.
La derrota del sábado y el triunfo de sus seguidores inmediatos, dejó al CDO en el cuarto lugar de la tabla de posiciones, y ahora con Puerto Montt como líder exclusivo. Afortunadamente para los verdes, Valdivia no pudo superar a Naval en su cancha, lo que evitó que también lo superara en la tabla de ubicaciones.
Ahora, lo rescatable de todo esto es que si bien hubo quienes abandonaron el estadio (el barco) tempranamente y que hubo quienes se levantaron de sus asientos para increpar grosera y descontroladamente al entrenador Ramón Contreras, o fustigar a jugadores durante el desarrollo del juego. En cambio, al finalizar el partido, hubo dos bloques del estadio ( el sur y el norte) que despidieron con aplausos y gritos de aliento a los jugadores cuando abandonaban la cancha cabizbajos. Incluso estos últimos levantaron la cabeza para retribuir con aplausos agradecidos esa muestra de afecto y ánimo.
Esa es la actitud.
Es que – reiteramos lo de ayer – no somos tan buenos como creíamos hace una semana, ni tan malos como pensábamos a la salida del estadio.
Como suele decir nuestro amigo, Juan Pablo Jarufe: ¡Vamos que se puede!. Y agregar, CARAJO!!
M.B.I.
