Una vasija diaguita chilena, conocida como puco, estuvo a punto de ser subastada en Nueva York antes de ser detectada por la Unidad de Asuntos Internacionales y Tráfico Ilícito de Bienes Patrimoniales del Servicio Nacional del Patrimonio Cultural (Serpat). Gracias a una serie de gestiones internacionales, la pieza fue recuperada y finalmente restituida a su territorio de origen, integrándose a la colección del Museo del Limarí en Ovalle.
El hallazgo ocurrió el 6 de agosto de 2020, cuando una profesional del Serpat identificó la pieza en un lote de artefactos arqueológicos en la página web de la casa de subastas Stair Galleries. Aunque la pieza estaba etiquetada como mesoamericana, las autoridades chilenas confirmaron que se trataba de una vasija diaguita de la fase clásica, protegida por la Ley N°17.288 de Monumentos Nacionales.
Tras emitir una alerta internacional a través del Ministerio de Relaciones Exteriores, se logró que la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de EE.UU. incautara la pieza. El proceso, que incluyó colaboraciones entre instituciones chilenas y estadounidenses, tomó cuatro años hasta que la vasija fue devuelta a Chile y entregada formalmente al Museo del Limarí el 15 de enero de 2024.
Marco Sandoval, director del museo ovallino, destacó la importancia de este hito: “Es un logro significativo que evidencia el compromiso de diversas instituciones en la protección y restitución del patrimonio arqueológico chileno”.
La pieza, originaria de la localidad de La Chimba, simboliza un triunfo en la lucha contra el tráfico ilícito de bienes culturales y marca un paso importante en la conservación del legado diaguita para futuras generaciones.
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