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Vergüenza, desidia e ineptitud rentadas

¿Cómo se podrían catalogar los hechos ocurridos en Valparaíso con motivo del partido entre Santiago Wanderers y Colo Colo?
Hay varios calificativos…una vergüenza, un desastre, una tristeza, un acto delincuencial y podríamos seguir enumerando adjetivos para acciones deleznables como las que se vivieron en el estadio que lleva el nombre de uno de los más grandes jugadores que ha tenido el balompié chileno.

Pero así como es extensa la lista de calificativos, también es vasta la cantidad de ocasiones en que hemos sido testigos de acciones similares y peores incluso, ya que ayer, por lo menos, no se tuvo que lamentar el deceso de ningún hincha que quiso ir a disfrutar de una tarde ‘deportiva’.

Entonces, si estamos frente a situaciones repetitivas, ¿quién toma las medidas que corresponde adoptar?

¿Estadio Seguro, cuyo director, el mismo que estuvo a cargo del Sernac hace un tiempo, dijo que se habían tomado todas las que cabía en este tipo de partidos, pero que la reacción había sido tardía? Ha fracasado rotundamente. ¿El gobernador provincial quien dijo que si se jugara sin hinchas de barras visitantes aquello no ocurriría? Como broma, aceptable. ¿Carabineros que en los momentos de plena flagrancia brillaba por su ausencia? Inaceptable.

Ojalá que en la semana, el interferiado no impida que haya cuórum en el hemiciclo y así la Comisión de Deportes de la Cámara Baja tome algunas medidas que definitivamente terminen con este lastre, pero por favor, no nombren una comisión para que se preocupe de ello.

No sé qué va a pasar con las consecuencias de este salvajismo en el estadio y de las ineptitudes de diversos personeros, dirigenciales y políticos, de verdad no lo sé, pero si tengo claro que aquellos incidentes delictuales y las lamentables declaraciones esgrimidas posteriormente son una vergüenza, una vergüenza que, una vez más, nos muestra imágenes que dan la vuelta al mundo y que dejan al fútbol chileno como una actividad peligrosa, delincuencial y gangsteril, en que sus dirigentes, quienes dicen servir al fútbol y no servirse de él, no son capaces de cumplir lo que prometen y muchos esconden la mano, en consecuencia de que estas hordas son producto de la misma complacencia de algunos que propician que estos grupúsculos tengan todo tipo de facilidades para ingresar a los recintos deportivos… ejemplos de esto hay por doquier en el fútbol nuestro.

Hay un antiguo adagio en el balompié que dice que si alguien quiere reclamar, que vaya a la Fifa, pero bien sabemos que la gran mayoría de quienes podrían recibir estas quejas, están ocupados y pareciera que muchos, lo estarán por largo tiempo.

Si reclamamos más cerca, nos queda la Conmebol, pero estos señores también están un poco complicados, dando explicaciones algunos y probándose ternos a rayas, otros.

Y si de frases cliché se trata, “los problemas del fútbol, los resuelve el fútbol”, pero con dirigentes de verdad, con dirigentes honestos, trabajadores apoyados por otras entidades que también deben poner el hombro para que esta sea de verdad una actividad de lujo que prestigie el deporte chileno.
Colo Colo fue campeón y con justicia, no tiene la culpa de lo vivido en la Quinta Región, pero obtiene una estrella que no brilla, una estrella opaca y que muchos se encargaron de que no ilumine el camino que abrió la Roja de Todos hace tan pocos meses.

Por: Juan Francisco Ortún
Director escuela de Periodismo
Facultad de Comunicaciones, Universidad Central

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