Construido hace ya varias décadas este conjunto habitacional tenía una pequeña plazoleta que era el orgullo de sus habitantes. Ubicado en la intersección de las calles Victoria y Yungay, sector Fray Jorge, se trataba de un espacio acogedor, con prados y frondosos árboles que invitaban al solaz de la vista y al reposo de los residentes y sus familias.
Sin embargo en los últimos años este lugar ha sido ”apropiado” por visitantes indeseados, que lo toman para propósitos que causan el rechazo de los propietarios, la mayoría ya maestros en situación de retiro, que lo único que desean es vivir con tranquilidad.
En la mañana de hoy nos llaman para hacernos notar la existencia de un montón de bolsas conteniendo basura que alguien ha venido arrojar en una esquina del lugar, tras un cerco vegetal. “Es gente que viene de afuera a botar esto”, nos asegura una vecina mostrándonos un problema que asegura ya se ha hecho habitual.
Además se observa un claro deterioro en algunos sectores del parque. Por ejemplo una estructura de cemento y una gran piedra de granito, ubicadas al centro, absolutamente cubiertas de dibujos groseros e incomprensibles realizados con pintura spray y plumones.
“Si usted pasa temprano por el lugar puede encontrar botellas de licor o cervezas, papeles tirados. Son muchachos que llegan en la noche para fumar y beber alcohol”, agrega otro residente.
Alguien acota que también los prados son utilizados por parejas de enamorados para abrazarse y besarse tendidos en el césped «a plena luz del día». “Ojalá se quedaran en eso, sino que también algunos tienen relaciones sexuales en el lugar. Y si uno les dice algo lo suben y lo bajan con groserías”.
“Una tiene hijos, nietos, que vienen a jugar acá, pero ya no es seguro que lo hagan, y se tienen que quedar encerrados en sus casas y no disfrutan de este espacio que lo creamos nosotros”, añade finalmente una vecina.
CONVERTIR LA POBLACION EN CONDOMINIO
Algunos recuerdan que hace unos años surgió la idea de cerrar los cuatro accesos del conjunto habitacional. “Convertir esto en una especie de condominio con acceso restringido a vecinos y a personas muy especiales que cuenten con autorización”. Sin embargo en esa época no estaban las condiciones para efectuarlo, además algunos propietarios se opusieron por el tema del acceso a vehículos de emergencia.
Hoy muchos están pensando seriamente en reactivar la iniciativa. “No es que queramos hacerlo, porque nos damos cuenta que a muchas personas que viven en los alrededores también les gusta pasar por acá, detenerse a descansar de este lugar, pero al parecer no queda otro camino”, dicen.
Una fuente extraoficial del Municipio nos señala que, en efecto, en la actualidad existe una ordenanza que autoriza el cierre de calles y pasajes para transformar pequeños barrios en condominios. Hacen notar sin embargo que hasta el momento sólo han sido autorizados lugares con una sola calle (sin salida), y a lo sumo dos, pero nunca cuatro como las del caso en cuestión. “Pero, si todos están de acuerdo, igual pueden presentar la solicitud”, dice nuestra fuente.
Sugiere en lo inmediato, como medida alternativa para solucionar el tema de los «invasores», el coordinarse con el encargado del Cuadrante de Carabineros respectivo, para que intensifique sus rondas en el sector, o que concurra de inmediato en caso de problemas. “Esa fiscalización se puede hacer durante un mes completo, todos los días en distintos horarios. Eso ha dado buenos resultados en otras partes, porque la gente que causa los problemas, cuando ve presencia policial se intranquiliza y se marcha a otros lados, sin necesidad del cierre”, agrega.
