Ya hemos perdido la cuenta de las veces que los vecinos del sector de la avenida La Chimba han reclamado por la existencia de un gran sitio eriazo, casi al costado norte del Cendyr.
Así como de las veces que desde el municipio local se han comprometido a obligar a sus propuetarios al cierre del terreno o, en su defecto, cursar las multas hasta conseguir ese propósito. O, incluso, al cierre con recursos municipales, que despues serían cargados a sus propietarios, una empresa inmobiliaria que en su momento los adquirió para la construcción de lo que sería el frustrado proyecto del Casino de Juegos. ¿Se acuerda?
Pues, ni lo uno ni lo otro. Y tampoco lo tercero.
Esta semana la molestia de los residentes cobró renovadas energía al advertir que el lugar se ha estado convirtiendo en un creciente basural y que, temen, si no se le pone atajo, los desconocidos continuarán utilizandolo para arrojar sus desperdicios. «Y el problema no es sólo el mal aspecto, sino (también) son las moscas, los ratones y los perros que llegan al lugar», nos asegura uno de los preocupados vecinos.
Aunque creemos que es una pérdida de tiempo, a solicitud de los afectados, hacemos un llamado a las autoridades a limpiar de basura el lugar y cerrar de una vez por todas el perímetro para impedir el ingreso de personas irresponsables.
Y cruzamos los dedos para que esta vez lo escuchen.
