InicioActualidadCrónicaUniforme escolar: El trámite impostergable de las vacaciones

Uniforme escolar: El trámite impostergable de las vacaciones

Los escolares ponen un pie fuera de las clases y ya le están ofreciendo su nuevo uniforme  para el otro año.

De niño esta situación me provocaba una extraña sensación de pérdida de esperanza en la humanidad. Salir de clases, dejar el uniforme en el olvido por tres meses y querer disfrutar de la buena vida. Un día, salir a tomarse un helado al centro y ver en las vitrinas lo que sería el nuevo envoltorio incómodo del año siguiente. Un uniforme de colores grises y tristes espera ser comprados.

“Es mejor hacer las compras apenas salgan los niños del colegio. Así se hace de una el trámite y una no queda pensando todo el verano que hay que comprar el uniforme. Además los últimos días de vacaciones se llenan las tiendas de gente loca comprando” señala Rosana, madre de tres hijos y que al parecer domina una buena  estrategia.

Los padres son bombardeados por publicidad y estrés del deber gastar dinero. Y los pequeños se retuercen al ver que sus vacaciones no pueden ser vacaciones hasta que  logren comprar el uniforme.

¿Existe realmente un estrés en los niños por esta situación? De acuerdo a lo señalado por el psicólogo Diego Tello, esta situación efectivamente afecta tanto a grandes como a los chicos.

“Es algo que se relaciona con los tiempos modernos y como el sistema nos va acelerando. Hay un efecto negativo. No puedes estar en enero pensando en tu uniforme mientras estas de vacaciones. Eso es vivir de forma acelerada. Que los niños no puedan vivir el momento ni el día a día o que se pierda el valor de las vacaciones. No pueden liberarse porque están en todo momento pensando en lo impuesto por el sistema de comercio y educacional que es comprar un uniforme.

Esta situación no solo afecta a los más pequeños “con lo de los uniformes pasa lo mismo que cuando se adelantan las celebraciones. En mayo ya hay artículos del 18 de septiembre, en octubre ya tienes propagandas y promociones de navidad. Bancos y tiendas presionan a los padres y esto de paso afecta a los niños.” Relata Tello.

Realidad ineludible e inevitable. El consejo es a adelantar las compras y sacarse ese cacho lo antes posible.

Por: Ignacio Zuleta Pereira

OvalleHoy.cl