InicioultimasArtes y Cultura¿Estamos perdiendo la batalla por la preservación del Patrimonio Cultural?

¿Estamos perdiendo la batalla por la preservación del Patrimonio Cultural?

Enseñando a su hija a hacer bailar un trompo.

En Ovalle fue celebrado ayer con distintas actividades el denominado Día del Patrimonio Cultural, actividades que fueron concentradas en especial en el sector del Centro Cultural dr Guillermo Durruty Álvarez y la Feria Modelo.

En nuestra ciudad, lamentablemente,  estamos perdiendo la batalla por la preservación del patrimonio cultural. Tanto el físico, como nuestro patrimonio arquitectónico, y el intangible, como puede ser cultura e identidad.

Semana a semana vemos desaparecer edificios antiguos del casco histórico, lugares que de una u otra manera nos hablan de nuestros orígenes como ciudad, para transformarlos en edificaciones modernas pero que carecen de belleza y que no colaboran con la conformación de una nueva identidad urbana. Construcciones de estética desordenada, que no guardan relación uno con el otro de más allá. Edificios, tal vez funcionales, pero que no nos dicen nada.

Tenemos que agradecer a las autoridades que en su momento tomaron la decisión de mantener y mejorar edificios emblemáticos de lo que fue nuestra historia reciente, como la Maestranza de Ferrocarriles para transformarla en lo que es hoy la Feria Modelo; la antigua Estación de Ferrocarriles que el ex alcalde Sergio Peralta salvó de transformarse en Terminal de Buses Rurales para convertirse en lo que es hoy el Centro Cultural Guillermo Durruty que alberga al Museo del Limarí y a la Biblioteca Municipal. Y más reciente, el ex Teatro Nacional que si bien sufrió una cirugía mayor en  su interior, conservó intacta su atractiva fachada.  E incluso el Mercado Municipal que libró de ser enajenado para mantenerse y remodelarse en pleno centro de la ciudad.

Aún más,  hay un anteproyecto en marcha en el Municipio para remodelar una parte de la alameda y reconstruir lo que fue la desaparecida Pérgola de los Yugoslavos, donación de la Colonia Yugoslava de primera mitad del siglo pasado a la ciudad y demolida décadas mas tarde.

En lo cultural e identitario, a su vez,  existen esfuerzos individuales de creadores, folkloristas, investigadores, pintores, fotógrafos para rescatar del marasmo del olvido nuestras raíces  para mantenerlas vidas a través de libros, canciones, obras de teatro que recuerdan nuestro pasado y ponerlo a disposición de las nuevas generaciones. En literatura, que es mi afición especial, recomiendo el esfuerzo de la narradora ovallina Patricia Badilla con su primera novela “La Maldición de la Hacienda”, y “La Calle del Fin del Mundo” de Ramón Rubina  (en mi opinión el mejor libro de relatos escrito en Ovalle en los últimos años) que apuntan a la creación de una literatura con identidad propia. En fotografía destaco el esfuerzo de Oscar Gatica, ese fotógrafo callejero que divulga su trabajo de los últimos años a través de Facebook.

Todos son esfuerzos valiosos, pero si no existe una política de estado que apuntale esto, en especial desde la infancia en los colegios, todo será inútil. Porque no es suficiente dedicar un día a esta celebración.

En esto podemos colaborar todos de una u otra manera desde su individualidad. Los padres insistiendo con sus hijos pequeños contándoles como era su infancia, los juegos en los que se entretenían antes de la relevación, el internet y los teléfonos celulares; narrándoles cuentos al dormirse, lo maravillosas que eran por ejemplo las tardes de fin de semana en la Plaza de Armas (donde conoció a su madre), los coches Victorias en los que se trasladaba su abuela de un lugar a otro de la ciudad, las maravillosas Fiestas de la Primavera en las que participaba toda la ciudad, sin distintos de colores políticos o clases sociales. O esas fugas después del colegio con los amigos por el callejón de La Chimba para ir a nadar a una poza en el río Limarí y a comer higos de los huertos de la ribera opuesta.

Además preocuparse en cada familia de preservar todo ese valioso material fotográfico que sus padres y abuelos conservaron guardado en un cajón del velador, para ponerlo a disposición de la comunidad. Entre esas fotografías puede haber imágenes inéditas de lugares, calles, edificios, personajes hoy desaparecidos.

Porque si no lo hacemos ahora, estos recuerdos se irán desdibujando generación a generación hasta terminar por perderse aplastados por la tecnología y una modernidad avasalladora.

Entonces cabe preguntarse ¿Es que estamos perdiendo la batalla por la preservación del Patrimonio Cultural?

M.B.I.

Enseñando a jugar a la «Pilluca».
La pequeña juega al Luche bajo la mirada de su madre.

OvalleHoy.cl