Sin duda una de las situaciones más difíciles que puede experimentar una familia es la enfermedad de algún hijo/a, más aún cuando estas requieren largos tratamientos y en muchas ocasiones, alejarse del hogar para llevarlos a cabo.
La Convención sobre los Derechos de los Niños y Niñas establece los derechos a vivir en familia, a recibir atención médica y los cuidados correspondientes, por los cuales debemos velar en todo momento, más aun en situaciones complejas de salud cuando el amor y la compañía de la familia se convierten en algo esencial.
En un país como el nuestro en donde el acceso a la salud no ha sido igual para todos, producto de la desigualdad que el modelo mercantil ha instaurado, se da la situación que ante la enfermedad de un miembro de la familia además del descalabro financiero, de los agotadores tratamientos, de las complejidades laborales, no existe el tiempo y condiciones suficientes para que otros integrantes de la familia puedan acudir al cuidado y protección de aquel que padece una enfermedad.
Hemos sido testigos como sociedad o quizás como protagonistas, de casos donde el acompañar a los hijos en sus enfermedades y los largos tratamientos ha significado el rechazo de licencias médicas, llegando incluso a perder el trabajo, ya que actualmente nuestra legislación entrega licencia médica por enfermedad grave del hijo/a sólo hasta 1 año de edad.
En este contexto y con el firme compromiso de velar por una infancia protegida, es que la Presidenta Michelle Bachelet envió esta semana al Congreso un proyecto de ley que permite otorgar licencia médica para padres y madres de niños con enfermedades graves y crea un fondo que servirá para financiar subsidios a trabajadores para que puedan acompañar sus hijos en tratamientos y urgencias médicas.
Lo anterior representa un tremendo avance en el logro de una mayor corresponsabilidad de padres y madres en el cuidado de los niños (as), tema al debe en nuestro país y, en el que en muchas ocasiones se deposita únicamente en la madre el peso de tal función -en un trato que es reflejo de una normativa patriarcal y discriminadora- dejando de lado al padre como sujeto de derecho, que pueda invocar directamente en su calidad de tal el uso de estos permisos.
Aplaudimos y saludamos el avance que el proyecto de ley presentado al Congreso representa en la ansiada conciliación entre la Vida Familiar y Laboral, todo guiado por el interés superior de nuestros niños y niñas, el derecho a la salud y la posibilidad de tener una sociedad más humana.
Carlos Galleguillos Carvajal
Abogado
Secretario Regional Ministerial de Justicia y Derechos Humanos
Región de Coquimbo
