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¿Quiénes son los que están detrás de los ataques a José Antonio Kast?.

La respuesta es más que evidente, pues personeros de esos Partidos, fueron detenidos por proferirle golpes a José Antonio Kast y además ha salido a “prestarles ropas” a los detenidos de una manera absolutamente irracional, pues nadie puede justificar que a una persona se le golpee, se le agreda e insulte por pensar distinto. No se puede justificar a una horda rabiosa y violenta el golpear a un ser indefenso, por considerarlo como “enemigo de la humanidad” o por una persona odiosa o que produce odiosidad.

Nadie debe agredir ni física ni psicológicamente a otra persona sólo por el hecho de pensar diferente y esto la izquierda totalitaria e irracional que se incuba en las aulas no lo logra entender, éstos se arrogan ser los paladines del pueblo, los defensores de los más débiles y presumen ser los seudo guardianes de la tolerancia; pero a decir verdad no son más que un germen de odio. Pues al parecer se les olvidó algo muy importante al justificar este linchamiento, puesto que en base a supuestas ofensas olvidaron que hay una enorme distancia y diferencia entre la expresión a través de las palabras y la violencia brutal de las piedras y puños.

Pero como desgraciadamente está de moda decir que uno incita al odio, sino está dentro de los grupos “protegidos por la izquierda”; porque si no es harina de su costal; de seguro que a aquel que opine diferente, lo estarán acusando de incitar al odio y es que se ha instalado la costumbre de acusar de algún delito a aquellos que piensan diferentes, como en este caso del delito de haber previamente incitado al odio. Puesto que cada vez que decimos algo que les cae mal o que no coincide con lo que ellos piensan somos nosotros los que somos intolerantes, xenófobos, homofóbicos, discriminadores, opresores y un largo etc.

Al parece se les ha olvidado el Congreso de Chillán del año 1967 y el de La Serena del año 1971 donde cito textual lo que dijeron los personeros de izquierda: “la violencia revolucionaria es inevitable y legítima, constituye la única vía que conduce a la toma del Poder político y económico” y sigo citando: “las formas pacíficas o legales de lucha, no conduce por si mismas al Poder. El Partido Socialista, las considera como instrumentos limitados de acción incorporados al proceso político, que nos lleva a la lucha armada”. ¿Acaso alguien se acuerda de eso?, ¿se han retractado de esta forma de pensar?, ¿a alguien le suena pacifista éste manifiesto?, por lo que a mí respecta, esto no tiene nada de pacifista, sino que es una clara incitación al odio y a las armas.

Fuera de lo anterior, en ningún momento he visto al Partido Socialista o al Partido Comunista preocupado por el nivel de endeudamiento que sufre la clase media o de la angustia que siente porque no saben si van a llegar con su remuneración a fin de mes, jamás los he escuchado luchar para que éstos paguen menos impuestos, preocuparse cuando quedan cesantes o que accedan a beneficios tributarios por ejemplo las personas que tengan algún tipo de impedimento o a quienes tienen padres enfermos o hijos con enfermedades graves y puedan así tener una suerte de ayuda y esto es simplemente porque a la izquierda lo único que les interesa es despojar a los “ricos”, no para ayudar a los pobres o más desamparados, sino para quedarse con una “tajada” en la pasada, no están en miras y aras del bien común, sino que sólo buscan satisfacer sus intereses propios.

La izquierda a lo largo de los años ha relativizado la violencia en vez de condenarla y lo que es peor, es que no sólo la relativiza, sino que la justifica, porque lo que uno hace es para ellos escandaloso, insultante, ofensivo; en cambio si éstos mismos actos son realizados por ellos o sus simpatizantes, no calificarían en ninguno de los epítetos antes señalados. Siendo esto parte de su estrategia insidiosa y de su doble estándar, pues para éstos los dichos de Rolando Jiménez al decir “haremos cremas con los fetos abortados”; no fueron para nada palabras provocadoras o llenas de odio; o que dijo también don Alejandro Guillier, al proponer meterle la mano al bolsillo a los empresarios, que es ni más ni menos que robarles. Tampoco estimaron como agresivo el hecho de que el Gobierno de Bachelet, autorizara el pago de 200 millones de pesos por concepto de bonos ($25 millones) para cada funcionario de la Subsecretaría de los Derechos Humanos y así tantos otros ejemplos.

Lo que sucede es que la izquierda exige y vocifera por respeto; pero parecen olvidar que éste es bidireccional y no unidireccional.

Susana Verdugo Baraona.

OvalleHoy.cl