InicioultimasOpiniónSeptiembre, mes de contrastes

Septiembre, mes de contrastes

Septiembre, es el mes indicado para volver a reiterar nuestro compromiso permanente con Chile, con su historia y tradiciones y cuyo futuro, está en manos de todos, pues todos somos sus herederos y debemos ser partícipes de construir un futuro mejor, para así entregar un mejor país a las próximas generaciones.

Este es un mes tan importante como complejo, en el que se pasa de la polarización a la unidad en pocos días. Cada nuevo aniversario patrio no sólo es una gran ocasión para celebrar, sino también el momento propicio para reflexionar sobre el presente, el futuro y la unidad de nuestro país.

La unidad nacional y el ambiente festivo que vivimos en las recientes Fiestas Patrias, puede ser el punta pie inicial para los que aún no se han comprometido con Chile, con el querer construir un Chile, mejor, más justo, más real, que se centre en las personas y no en las pretensiones y aspiraciones de unos pocos como es lo que ocurre en el Chile de hoy. En donde no se Gobierna ni para el pueblo, ni por el pueblo; sino todo lo contrario, se Gobierna con la esperanza de quedar a perpetuidad en la memoria colectiva de cada uno de nosotros por sus famosos “legados” en donde se ha pensado en unos pocos.

En estos cuatro años la izquierda nos ha querido hacer creer que un Chile más justo es posible sin crecimiento económico, que ellos al igual poseen el “Santo Grial” del desarrollo, justo e igualitario; pero los indicadores han demostrado fehacientemente todo lo contrario.

Por desgracia, el Chile de hoy, es un país con menos oportunidades para sus ciudadanos, de las que existían hasta el 11 de marzo del 2014, es un Chile menos justo, menos equitativo y de menos oportunidades. Porque no puede haber un sello social efectivo y eficiente en las políticas públicas cuando no existen los recursos necesarios para financiar los programas que lo sustentan y éste ha sido el caso de las mil y una reformas que el Gobierno ha presentado y se han implementado.

Debemos pensar, por ejemplo, en cómo ayudar a nuestros compatriotas que más lo necesitan, con un criterio de permanencia en el tiempo y no sólo como una respuesta a emociones pasajeras, puesto que el construir un Chile mejor, más justo y equitativo es una labor de todos y no de unos pocos. Pensar en el Chile del futuro, debe hacerse ahora, no mañana, no dentro de un año o diez más. Para esto, son especialmente relevantes las elecciones que se acercan, pues esto significa no sólo motivarnos para ir a votar y convencer a nuestros amigos, familiares y cercanos; sino sobre todo, procurar un voto informado, consciente de las diferentes visiones que impregnan cada una de las candidaturas presidenciales y parlamentarias.

Porque Chile, no sólo necesita un buen Gobierno, en donde se recupere la investidura Presidencial y se ponga al país nuevamente en la senda del desarrollo, sino que también necesita un Congreso, un Poder Legislativo comprometido con y para el progreso y esto no debe ser impedido ni por un mal Gobierno como el actual, ni las malas leyes que hoy vemos como por ejemplo la ley sobre estacionamiento que provocó el efecto contrario a lo que se procuraba implementar con ella.

Para ello debemos dotar al Congreso de personas que tengan el debido respeto tanto por la institucionalidad y por lo que ésta representa, que gocen de sentido común (que a veces es el menos común de los sentidos) y que posean una genuina vocación de servicio, tan necesaria en la ocupación de dichos cargos, haciéndose esto cada vez más necesario, cuando observamos a un buen número de parlamentarios incapaces de debatir más allá de las consignas y de las descalificaciones como ha sido la tónica de estos últimos tiempos.

Susana Verdugo Baraona

OvalleHoy.cl