Pasada la noticia de la catástrofe producida por los dantescos incendios, la zona Centro Sur está volviendo a la normalidad en especial en lo relacionado con el turismo donde paulatinamente las hermosas regiones del país están visitadas por una cantidad importante de turistas.
Existe fama en el extranjero que en Chile existen dos zonas imposibles de ignorar para el turista: nos referimos a las emblemáticas regiones de la Patagonia, con las Torres del Paine y, en el Norte, San Pedro de Atacama mundialmente conocidos por sus exuberantes bellezas.
Pero el país tiene más, mucho más que mostrar de sus bellezas escénicas además de hermosas y, desconocidas por la gran masa de chilenos, entre ellas y en forma especial, el lago Budi, ubicado en plena región de la Araucanía, entre Puerto Saavedra y Puerto Domínguez, ambos lugares además de exóticos, rodeados de una sorprendente geografía. Saavedra con toda la belleza que entrega la desembocadura del río Imperial y, Puerto Domínguez un área lacustre bañada por el lago Budi, lugar encantado donde se desplazan orgullosos los imponentes cisnes de cuello negro, deleite de los amantes de la naturaleza.
Pero el lago y su entorno tienen bastante que enseñar. Desde luego, es el lago salado más grande de América, ubicado en este rincón olvidado de la región. Sus orillas están pobladas por el grupo indígena más numeroso del país, los mapuches, en donde varias familias han transformado recientemente este tranquilo lugar en un destino único de “ento-turismo” donde los visitantes pueden dormir en casas -ruca tradicionales, trabajar mano a mano con artesanos locales y probar sus comidas como el milcao, catuto , pastel de papas, beber muday o chicha de manzana.
La iniciativa comentada fue difundida por el periódico inglés The Guardian que envió al país a un periodista especializado en turismo para recomendar algunos lugares indispensables a conocer durante un destino turístico. Dicho periódico aconsejó a sus lectores visitar el lago Budi para compartir esa experiencia de convivir con el pueblo mapuche.
Este interesante proyecto se ubica en el sector llamado Llaguepulli, por la ruta Puerto Domínguez -Hulpin orillando el lago. En dicho lugar las hermanas Painefil, hermosas muchachas orgullosas de su origen, nos atendieron con toda la experiencia de su cultura y nos enseñaron las distintas alternativas que el etno- turismo ofrece en especial a los visitantes extranjeros ávidos de conocer otras realidades que ofrece la América morena.
Después de conocer esas iniciativas ,es indiscutible el aporte que el turismo entrega al desarrollo de nuestra economía, es sabida la cantidad de empleo que esa actividad genera, pero además incorpora un elemento principal en el ámbito social al intercambiar experiencias con personas de otras lenguas y otras culturas que son un ingrediente directo en el crecimiento personal y social para sus habitantes. Además se mostrar las bellezas naturales, sus comidas y sus tradiciones, la dinámica exige saber de protocolo ,aprender otras idiomas ,- inglés indispensable – , eso lleva paulatinamente a un proceso de crecimiento personal que hace de los jóvenes mapuches un liderazgo tan necesario en esta paupérrima Araucanía, aprovechando aquello que le dio la naturaleza, – el lago Budi – ,sus bellezas nativas y su aporte a un turismo exótico .
Se abre así una posibilidad para redimir en parte, al pueblo mapuche tan injustamente postergado y discriminado por nuestra sociedad.
Iván Ramírez Araya
Rucahue/Chomio /Región de la Araucanía/10 de Febrero 2017
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