NO. No hubiera sido mejor ocho años más de dictadura.
NO. No hubiera sido lógico seguir con tanto asesinado/a y desaparecido/a.
NO. Aun hoy, no sabemos dónde están y los cobardes “valientes soldados” siguen en silencio.
NO. No fue en vano tanta sangre derramada en las protestas, en las alamedas, en las poblaciones.
NO. No podíamos seguir viviendo en la cultura del miedo, del exilio, del odio.
NO. No podemos olvidar lo que hicieron.
NO. No se puede negar que la Alegría llegó tras la derrota de la dictadura y vislumbrábamos un futuro esplendor.
NO. No duró mucho la Alegría.
NO. No cambiaron el modelo neoliberal; lo profundizaron, lo mejoraron para los mismos de siempre.
NO. No cambiaron la Constitución ilegítima.
NO. No mejoraron las pensiones y los dueños de las AFP no fueron, precisamente, los más perjudicados.
NO. No crecimos en Igualdad, sólo crecimos en un apartheid cómplice y silencioso.
NO. No hay una misma justicia para todos.
NO. No se movieron de sus altares y las rapiñas alimentándose y riéndose de todos.
NO. No resguardamos nuestros recursos. Los vendimos, los regalamos.
NO. No nos dejemos engañar por estadísticas forzadas, ni encuestas irreales, ni luces de colores de escenarios fabricados.
NO. Lo sé. No todo es malo pero debería ser mejor.
NO. No dejemos de soñar y luchar para que todo sea más justo, más noble, más humano, más de todos y no solo de algunos.
De todas maneras, gracias…
Gracias por ese triunfo del NO.
K Ardiles Irarrázabal
Columnista