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Renuncia de Sebastián Dávalos.. ¡Silencio de Bachelet y de los luchadores contra el lucro!.

Sebastián Dávalos Bachelet, hijo de la presidenta, al renunciar a su cargo de director sociocultural de La Moneda, según él debido a presiones y para no dañar la imagen de su madre; no se debe a presiones de la clase política ni de los medios, sino a los hechos en que se ha involucrado. Señalar que así se termina con el problema que originó, dista de ser real, ya que el aroma a corrupción y tráfico de influencias que permite el enriquecimiento ilícito de la familia presidencial, que flota en el ambiente, no se soluciona con vagas explicaciones, silencios sepulcrales o el acatar la conocida frase de la mandataria… ¡Paso!, en que se apoya confiada en su carisma, que nadie niega.

Daválos fue cuestionado por intervenir en la obtención de un préstamo en favor de su cónyuge Cecilia Compagnon, socia de la Empresa Caval, cuyo capital es de $ 6 millones, en Banco Chile por $ 6.500 millones de pesos, previa entrevista con su controlador  Andrónico Luksic,  dueño de la mayor fortuna del país, el que se utilizó para adquirir terrenos en Machalí, que vendieron a un poderoso empresario del rubro inmobiliario de la zona, que también recurrió a un préstamo en el mismo banco, lo que le hizo ganar, $ 2.500 millones. En principio dichos terrenos trataron de venderlo a la empresa “Aguas Sustentables”, en $ 28.000 millones pero al no concretarse el cambio del uso suelo, se efectuó esta operación, que les produjo menores pero importantes ganancias.

Dávalos puede ser un “muy mal funcionario público”, pero hábil comerciante, y  asegurar que ello daña a su madre, no es tan así, ya que su madre le hizo daño al país al designarlo en el cargo ad honorem y él lo agravó al aceptarlo. En su corta estadía en el servicio público, ingresando sin concurso alguno como persona de clase media, desempeñándose como asistente en la Dirección General de Relaciones Económicas, participando en el tratado de Libre Comercio firmado con Japón, renunció formando parte de la elite que integra el 1% de la población más rica del país, en una clara muestra de “desigualdad” y de la imposibilidad de poner “fin al lucro” en la actividad política, emblema de lucha del Partido Socialista al cual pertenecen y del Partido Comunista, que guardan silencio, o justifican su conducta, en tanto su esposa, desestima la reacción mayoritaria al señalar en torno al negocio: ¡No entiendo el revuelo formado por tan poca plata!.

Lo grave es que, sus pares omiten preguntar.. ¿Sabía la presidenta de la conducta de su hijo?…¿Porque lo recibió personalmente el personaje que ostenta la mayor riqueza del país, dueño de importantes empresas en las cuales han servido los ministros Alberto Arenas, Nicolás Eyzaguirre y Máximo Pacheco entre otros?…La verdad, es que disipar el olor a “tráfico de influencias” y la función de transparentar lo ocurrido, le corresponde en gran medida a la familia presidencial y a personeros políticos cuya gran bandera en este gobierno ha sido la lucha contra la desigualdad.

En el caso “Caval”, atendiendo que dentro de las modificaciones que se pretende  efectuar al plano regulador de Machalí, existen terrenos de «clase 1», es decir, tierras óptimas para la agricultura, aspecto muy delicado porque «hay temas de contaminación ambiental y una serie de consideraciones a tener en cuenta al discutir estas materias”, queda claro que al entrelazarse el dinero y la política, los daños por contaminación  que producen los negocios,  parecen no importarle a los que usufructúan en de los beneficios económicos, conculcando el bien común, algo demostrado en la autorización para el funcionamiento de Pascua Lama, por parte de la presidenta o la instalación de planta de “Agrosuper” que debió cerrarse  en Freirina y que su hijo asesoraba.

Dra. Susana Verdugo Baraona.

OvalleHoy.cl