InicioultimasOpinión “Atrapando mariposas y elefantes”... desde chincol a jote

“Atrapando mariposas y elefantes”… desde chincol a jote

Tras la audiencia de formalización de los 10 imputados en el caso Penta, el fiscal nacional, Sabas Chahuán, recalcó: “la justicia, la fiscalía, los tribunales no tienen que ser una telaraña que atrape mariposas y deje pasar elefantes… no vamos a perseguir sólo delitos pequeños, sino que delitos grandes… No van a pasar no más”, aseveró.

El persecutor penal explicó que su objetivo como fiscalía es perseguir la corrupción y la evasión. “Las formas de violencia que se ejercen en la sociedad, no es sólo la del que cogotea o comete un robo con intimidación, sino que  la violencia masiva como además los grandes fraudes económicos”, subrayó.
La orden de prisión preventiva contra los controladores del grupo Penta, Carlos Alberto Délano y Carlos Eugenio Lavín, sorprendió a muchos, principalmente a la clase empresarial y su dirigencia, la que no dudó en condenar las malas prácticas de «unos pocos», pero también reconociendo que, este tipo de hechos, son un llamado de atención para mejorar los estándares éticos de todas las instituciones, profesionales y los ciudadanos.
En este caso hay personas involucradas de los sectores: privado, dentro de ellos, empresarios y ejecutivos; en el sector público están implicados, un funcionario del Servicio de Impuestos Internos y un ex subsecretario. Si se demuestra que han  transgredido la ley o han cometidos faltas, no significa que toda la clase empresarial y los personeros de la administración pública cometan prácticas reñidas con la ley, pues la mayoría desarrollan esas actividades con nobleza y ética.  Pero este caso y otros, muy bullados, son una luz de alerta porque afectan negativamente a las instituciones, a los profesionales y actividades empresariales que son fundamentales para el desarrollo del país. Lo grave es que al ocurrir varios hechos similares, se nota que  existe una profunda crisis moral y valórica que, en vez de disminuir, se ha ido acrecentando. Se presenta en diversos ámbitos, como si muchos asumieran que: ¿Si otros lo hacen y no son sancionados, porque yo no lo puedo hacer?… ejemplo, la evasión en el Transantiago, el no pago de imposiciones, el uso abusivo de licencias médicas, el uso del lobby, las coimas, la información privilegiada, etc.

En el caso Penta, la comunicación veloz de la web y, en especial, la luz que da las cámaras de la TV, han creado una especie de show mediático, donde no han faltado los mensajes y gestos de un tono político provocativo que, ojala  el caso no se desvirtúe y la justicia se imponga.

Todos estamos de acuerdo que exista un mayor celo en impartir justicia. Las instituciones están por  el suelo en su credibilidad. Los ciudadanos cada día nos sentimos más indefensos ante la delincuencia, la letra chica de los contratos y servicios, la colusión de las grandes empresas para esquilmar a los proveedores y ciudadanos. Defraudados de la acción que debe realizar el Estado en seguridad, el combate de la delincuencia y el narcotráfico que, por más que se esfuerza no lo consigue. Por lo mismo, existe una opinión generalizada que los delincuentes andan libres y los ciudadanos parecemos estar encarcelados en nuestros hogares… nos consideramos despojados por los abusadores que ocupan todo tipo de argucias  para empobrecernos.

El  Servicio de Impuestos Internos, también participa en esta causa como querellante, pero, al no existir tribunales tributarios, su actuación es de juez y parte. Debería tener una contraparte, pues los contribuyentes, en especial, lo que no cuentan con asesoría especializada, se sienten muchas veces sobrepasados y esquilmados. A la par, el gran poder que tiene, lo hace un terreno propicio para que se anide la corrupción y el intervencionismo. Con la aplicación de la nueva ley tributaria, más gravosa y compleja, ininteligible para el ciudadano común, todo será más difícil para no ocasionar transgresiones o faltas.

Existe la sensación generalizada que la justicia es demasiada garantista para los delincuentes, en cambio, las víctimas, reciben un trato muchas veces denigrante e insultante. Las denuncias de delitos a la Fiscalía para obtener justicia, los recursos presentados son inútiles si no se aportan pruebas contundentes. Esto ocurre, seguramente, por diversos  motivos, como el exceso de trabajo, falta de pruebas irrefutables, escasa investigación de los hechos, etc. Por lo anterior las causas judiciales, a poco andar, se archivan. Por eso en la ciudadanía se observa crispación por la ausencia de justicia. Constatan como, en sus narices, los delincuentes salen rápidamente por la puerta giratoria. A los ciudadanos no les queda otra opción que tomar la justicia por sus propias manos. Lo que no está bien.

También existe la sensación que la Fiscalía, se preocupa más de los casos mediáticos, de las instituciones financieras, las grandes tiendas y los supermercados. Estos capturan la mayoría de su atención y recursos. Todo en desmedro de la necesidad de justicia de los ciudadanos.  Se debería preocupar de acrecentar la planta de fiscales, en vez de aumentar los integrantes del legislativo, agravar las penas de ciertos delitos, bajar la edad de imputación, preocuparse de dar trabajo con menor edad para que no caigan en la delincuencia, etc.

    Atrapar con la telaraña de la justicia a todos los transgresores de la ley… desde chincol a jote.    

Respecto a la metáfora del fiscal Nacional de que: “la justicia, la fiscalía, los tribunales no tienen que ser una telaraña que sólo atrape mariposas y deje pasar elefantes, creo que esta alegoría no se entiende a cabalidad, a menos que se trate de catalogar solamente los delitos en pequeños y en grandes. Ofende la delicada belleza de las mariposas al compararlos con los salvajes y rudos facinerosos. Igual confunde, porque los elefantes, tradicionalmente, son asociados a que son inteligentes, inofensivos y útiles… por eso son protegidos. Por no cumplir lo último, hicieron abdicar al rey de España al participar en su cacería. Con la figura empleada por el fiscal, pareciera que la fauna transgresora de la ley fuera una u otra, cuando es muy variada. Les puede pasar que, por atrapar elefantes, se les pueden escapar las mariposas  y una variada fauna delictual acompañante.

Lo que sucede es que a los apresadores de mariposas y elefante, en la actualidad se les escapan una serie de delincuentes que transgreden las leyes, dejando a los ciudadanos desprotegidos y dañados.  Por todo lo dicho, es más decidor la siguiente alegoría en materias de capturas: se debe atrapar con la telaraña de la justicia a todos los transgresores de la ley… “de chincol a jote”.

MENSAJES.

Chacotas aparte, el tema tratado es muy serio, gran parte de los países de América Latina y el Caribe, están muy complicados por la falta de justicia y sus democracias están muy debilitadas. Muchas naciones arruinadas por la corrupción, el populismo, la delincuencia, la violencia, el terrorismo y la droga. Chile no está al margen de escalar a situaciones más complejas y alarmantes. Estos males están afectando la inversión, el desarrollo y la felicidad de la población de la región.

La democracia, con la falta de justicia, está comprometida. La ciudadanía clama por mayor seguridad y justicia. Unos pocos se han enriquecido más de la cuenta, a veces  sobrepasando por encima de otros, violando la ley o valiéndose de leyes mal concebidas, eso genera malestar. La sociedad esta inquieta y herida.

Los que sustentan el poder, se han transformado en la clase pudiente,  derivando la democracia, en una Plutocracia, en el gobierno de los ricos por el nepotismo, los negocios de pasada y una variada gama de faltas y delitos donde se confunde lo que es público y  lo privado.  El proceder de la justicia no puede apartarse de esta realidad y la urgencia de enmendar. Para eso el ejecutivo y el legislativo tienen que realizar gestos de grandeza… perder cuotas de poder en pos del bien común.

También las asociaciones de países, como es el caso del MERCOSUR,  se asemeja a una organización para auto-congratularse,  protegerse y contribuir a aferrarse al poder, limitando las libertades y el progreso de los pueblos. Lo grave, es que estas agrupaciones, han sido capturadas por una gran red o telaraña de apoyo mutuo, tapando el sol con la mano respecto a la corrupción, el narcotráfico, el desgobierno  y otras malas yerbas.

La libertad de prensa es buena para ventilar y oxigenar las instituciones, así la ciudadanía informada, es menos presa fácil a sufrir los males descritos. Ha sido la ciudadanía la que ha presionado para que se investiguen los últimos escándalos con mayor celeridad y rigor. Así por la presión de la opinión pública, la gran connotación que concitó,  el fiscal Nacional se tuvo que hacer cargo directo del caso  Penta.

La ciudadanía informada y activa, es más dable que propicie los cambios necesarios para enmendar y con su voto masivo elijan a sus representantes, intentando la alternancia en el poder. Es imperioso que ocurra, pues un régimen que se perpetúa gobernando, se corrompe. Los negocios no pueden influir en la política y los que se dedican a la administración pública, no deben participar en los negocios.

No basta con cumplir la ley, los ciudadanos debemos elevar los estándares éticos y lo que es consecuente con los principios y valores, así, será  más fácil cumplir la ley y castigar a los infractores.

Rodrigo Carmona Castex                                                            
 Ovalle, 12 de marzo 2015

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