Cada día nos enteramos que en Ovayork aumentan los contagios. Nos sorprendemos; muchos nos asustamos, claro, sobre todos aquellos que tenemos razones fundadas para temerle a este virus : enfermedades crónicas, tabaquismo, obesidad, parientes cercanos de la tercera edad, etc.
Sin embargo creo que no tenemos que sorprendernos del aumento diario de contagios, pues es esperable, es una consecuencia natural a conductas generalizadas, muchas de ellas evitables, pero generalizadas. Por un lado nos dicen “quédate en casa” pero sabemos que hay muchísimas personas que deben salir cada mañana a trabajar, pues no todos tienen el privilegio del teletrabajo. Muchísimas personas no tienen la posibilidad de pagar sus cuentas o hacer ciertos trámites por internet y deben salir, no hay muchas más alternativas. Es verdad. Sin embargo, si miramos bien, por ejemplo, en la fila de los bancos, no se respeta en absoluto los dos metros de distancia entre personas y a nadie parece importarle. Quizás porque no tiene familiares contagiados o porque la muerte – y el camino a la muerte por COVID es de temer- les parece una cosa de otros, tan lejana que no existe conciencia de ello. Creo que esa conducta es evitable, es decir, exigir que el otro/a no esté tan cerca.
. Como fuere, sin ir más lejos esta semana a las largas filas bancarias o de entidades de uso público, se sumaron filas en los establecimientos educacionales por la entrega de los alimentos que entrega JUNAEB. Es un discurso contradictorio que pone en riesgo a más población de la que ya expone, algo así como “Quédate en Casa” , “pero ya está bien, también Ve a contagiarte a los colegios”. ´ Y esto ocurre además cada semana incluso con la entrega de guías impresas a los/as apoderados/as. En ambos casos y en los “turnos éticos” en los colegios que a esta altura son turnos “contagiéticos” existen protocolos de seguridad que se cumplen, incluso se evita que trabajadores mayores de 60 años vayan a los colegios, pero estos protocolos no aseguran inmunidad al resto. El riesgo de contagios existe, está ahí, latente, a menos de dos metros de distancia. Sí, es un hecho casi innegable que mientras no exista vacuna, la mayoría de las personas nos vamos a contagiar de covid, pero si podemos retrasar ese contagio, no es tan mala idea.
. Otro dato interesante, ayer también hubo una especie de sicosis colectiva en las redes sociales (otra vez las RRSS) con lo de la cuarentena para la región, que la anuncian mañana, que comienza pasado mañana, que la darán el lunes, etc. y hoy los supermercados estaban abarrotados desde muy temprano. (recibí fotos desde temprano de tres supermercados distintos) ¿Distancia social? Nada.
Entonces si sumamos inconciencia más irresponsabilidad más discursos contradictorios más imposibilidad de quedarte en casa, tenemos los componentes para un tormenta perfecta, el nicho ideal para el aumento de contagios.
No soy ni remotamente experto en esto, pero sé que generalmente dos más dos es cuatro. Por ello creo no hay que sorprenderse de las cifras que se entregan y con este tipo de situaciones, seguro van a ser mayores en los próximos días.
A prepararnos.
Por K Ardiles Irarrázabal
Columnista