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El Agua y La Constitución: Parte 1 La Guerra Por El Agua

El tema del agua, más que conocimiento, requiere del futuro constituyente comprensión y toma de consciencia que estamos viviendo un proceso climático irreversible. Que ésta escasez hídrica no es esporádica, sino que se irá agudizando en el tiempo.

Al comprender las causas que dan origen a ésta realidad y al proyectarlas a futuro, el constituyente se dará cuenta que el escenario será cada vez más seco y que esa condición influirá de manera relevante en el comportamiento de los diferentes actores sociales interesados en el uso del agua. Visualizará que cada uno de ellos luchará, con todos los medios a su alcance, para hacer prevalecer sus intereses particulares por sobre los intereses del bien común. Después de todo el agua es vida y en este caso, dirán, el fin justifica los medios. De ahí que la nueva constitución debe dejar bien rayada la cancha parar evitar presiones de particulares y abusos de poder de los más fuertes y de gobiernos de turno. Los interesados en este tema, hemos leído y escuchado que las guerras del futuro serían por el agua. Bueno, el futuro llegó a nuestro país y de manera particular a nuestra región de Coquimbo.

Las comunidades agrícolas hace rato que son abastecidas con agua para consumo humano por camiones aljibes, los pequeños agricultores se pararon frente a la intendencia reclamando que, a pesar de tener derechos de agua, eran víctimas de abusos y que a sus compuertas no llegaba agua. Publicaciones en medios regionales dan cuenta que el río Elqui tiene el menor caudal del mes por décadas y que el tranque El Bato de Illapel tiene agua para la agricultura solamente hasta el 10 de mayo y que peligra, sustantivamente, el abastecimiento de agua para consumo humano. Solo el milagro de una lluvia, les salvaría de esa dramática situación y… ¿si no llueve?

Ahora nos encontramos con que la actual constitución como tampoco las autoridades políticas anteriores y presentes, han tomado las medidas necesarias para enfrentar con éxito este escenario que, como se ha reiterado, científicos y especialistas vienen anunciado desde hace años pero que nunca ha sido considerada prioridad para nuestros legisladores.

Las proyecciones establecen que el vital elemento será cada día más escaso y que las presiones sobre las autoridades se harán insostenibles porque, y esto es lo que parece no entenderse, los problemas del agua se solucionan, únicamente, con agua. Y eso, hoy y en el corto plazo, no tiene solución. Algo que debió preverse, simplemente no se hizo y ya es demasiado tarde.

Esto no puede seguir así. Es insostenible. Se hace imprescindible que la nueva constitución tenga en cuenta y vele, en el tema del agua, por los intereses de todos los chilenos y para ello el constituyente deberá tener pleno dominio y comprensión de tres consideraciones básicas e ineludibles en su redacción.

1.- Aceptar que estamos viviendo un proceso de cambio climático irreversible.

2. Comprender a cabalidad el concepto de brecha hídrica, que establece una enorme diferencia entre las demandas futuras de agua dulce y fresca y la oferta del recurso. Y que esta brecha se reduce únicamente con nuevas fuentes de agua.

3.- Que, al considerar las prioridades en el uso del agua, la carta magna sentencie, explícitamente, que el agua es un derecho humano esencial y que dicho derecho consiste en: “el derecho de todos a disponer de agua suficiente, salubre, aceptable, accesible y asequible para el uso personal y doméstico”

El derecho humano al agua, entonces, es el cimiento sólido sobre el cual deberían construirse todas las políticas públicas del futuro.

De cada uno de estas consideraciones hablaremos en las próximas semanas.

Héctor Alfaro J

OvalleHoy.cl