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¡A arreglar el entuerto!

Ya nos encontramos a mitad del mes de vacaciones por excelencia de la mayoría de los chilenos. Febrero ha sido por años el mes en donde la mayoría de las familias se pueden reunir y compartir alejándose de la rutina de lo que son el trabajo y los estudios, es un mes que sirve para cargarse de energías positivas, para meditar, disfrutar del espectáculo del Festival de Viña Del Mar y otros tanto que han ido surgiendo a lo largo y ancho de nuestro hermoso país y que van llenando de colorido y emoción. Pero también es un mes en donde hay mucha actividad política especialmente cada cuatro años y esto es porque al anuncio que hace el Presidente electo en el mes de enero de los Ministros que integrarán su Gabinete, se suma el de los Subsecretarios.

Vemos como los Ministros salientes (del actual Gobierno) se reúnen con el Presidente electo Sebastián Piñera o al menos la mayoría para informarle sobre el estado de sus carteras, siendo éste un gesto muy republicano y necesario pues el 11 de marzo el nuevo Gobierno debe entrar de lleno a tratar de arreglar los entuertos que ha dejado la actual administración. De hecho como será la magnitud del desastre que hay al interior del Palacio de Gobierno, que inclusive el ex Ministro de Hacienda, don Rodrigo Valdés se reunión con Sebastián Piñera para informarle de su gestión en la cartera que ocupó, sin tener la necesidad y obligación de hacerlo, por lo mismo éste acto se le agradece.

Las acciones antes descritas son una muy buena señal, en cuanto a que los mercados nacionales e internacionales, han visto un reconocimiento más que explícito del triunfo electoral de Sebastián Piñera, lo que ha reactivado la economía y motivado la inversión. Además de confirmar el reclamo social que se ha venido dando desde hace años, más o menos desde que asumió la administración Bachelet, en cuanto al tipo de reformas y su aplicación, pues las personas comunes y corrientes, como usted y yo, el ciudadano de a pie no queríamos una reforma tributaria que no hizo otra cosa que desincentivar la inversión y la actividad económica, haciendo la forma de pago infinitamente más complicada y provocando una recaudación de menos impuestos de los que ya recaudaba antes de dicha reforma que tenía entre sus objetivos principales aumentar la recaudación de impuestos; también nos encontramos con una reforma laboral que a todas luces perjudicaba y perjudica la creación del empleo y no hace más que ayudar al alzamiento de las tasas de cesantía y si por un minutos nos ponemos a pensar en la implementación de éstas dos reformas la ecuación es un verdadero desastre.

Ni hablar de la reforma política del cambio del binominal, del nuevo invento para tener a más parlamentarios que se dijo que no costaría ni un peso la incorporación de éstos y que para variar fueron puras falacias pues su ingreso le costará más de 15 mil millones de pesos al año y mejor ni mencionemos la funesta reforma educacional, en donde se les quita el derecho a los padres de elegir el establecimiento educacional de sus hijos y se deja literalmente al azar dicha prerrogativa, pues lo hace una tómbola, una ruleta es la que decide a que colegio debe asistir el niño o joven y no sus padres o adulto responsable, disgregando a familias por diversos establecimientos, separando a hermanos en muchos casos de asistir al mismo recinto educacional, provocando un estrés, desgaste y gasto adicional en las familias.

Esperemos que no sea muy tarde y que el Presidente Piñera, arregle éste entuerto social en que estamos viviendo, por nuestros niños, nietos y porque Chile merece algo mejor, merece retornar a las sendas del desarrollo, de la paz y de la fraternidad y eso se verá con éstos tiempos mejores que están por llegar.

Susana Verdugo Baraona.

OvalleHoy.cl