InicioEconomíaEconomíaA propósito de la tasa del 7,1% de desempleo en Chile

A propósito de la tasa del 7,1% de desempleo en Chile

Según el INE, la tasa de desempleo en el país sube a un 7,1% durante marzo-mayo 2019. Pero, ¿qué debemos entender, a grosso modo, por estos índices?

Se conoce como tasa de empleo a la razón entre la población ocupada (que desarrolla una profesión y oficio remunerado) y la población económicamente activa (que está en condiciones de formar parte del mercado laboral). Por su parte se entiende por tasa de desempleo (índice más habitual) a la cantidad de desempleados sobre la población económicamente activa. 

Por ejemplo: si la tasa de empleo de un país es del 93%, quiere decir que 93 de cada 100 personas económicamente activas tienen empleo. Las restantes 7 personas, en cambio, están desocupadas; la tasa de desempleo del país, por tanto, es del 7%. Obviamente en este sentido las estadísticas nunca son precisas.

El concepto económico de pleno empleo “no existe” (si  bien en la práctica económica se considera que existe “pleno empleo” aun existiendo cierta tasa de desempleo), pues en la realidad ello importaría una situación en la cual todas las personas en edad laboral productiva que desean trabajar, tienen empleo, en este sentido, la demanda de trabajo es igual a la oferta de trabajo, lo que se reflejaría en una tasa de empleo del 100% y una tasa de desempleo de 0, por tanto, no existe un modelo de mercado laboral que se encuentre en perfecto equilibrio.

En la historia de la humanidad, el comercio y la economía son tan antiguas como el hombre mismo, los primeros intercambios se realizaban mediante trueques, en actividades económicas tales como la agricultura, la pesca, el pastoreo. Con ello surgen progresivamente grandes diferencias económicas entre las personas y las poblaciones, lo cual básicamente dar lugar al nacimiento de diferentes clases sociales en relación a los medios de producción, es decir, unos grupos humanos pueden apropiarse del trabajo de otros. 

De esta forma en las culturas egipcia, griega y romana, el sistema esclavista constituyó la base de la economía. Su principal riqueza provenía del trabajo de sus esclavos, así continúa en el sistema feudal, y va adquiriendo diversos matices, unos más elegantes que otros,  hasta llegar a nuestros días.  Regla básica de la humanidad: siempre existirán unos que controlan y otros que consienten en ser controlados.

Hoy, que vivimos en una sociedad de la información, resulta fácil comprender que en toda sociedad existe una elite del poder (política, económica, financiera) que es amoral, que diseña sistemas y legislaciones económicas a su medida, que controla, condiciona, manipula, y en definitiva dirige el comportamiento de aquella gran parte de la población convertida en una granja de borregos, especialmente porque se niegan a pensar. El filósofo Bertrand Russell, ya lo decía: “Los hombre nacen ignorantes, no estúpidos. Se vuelven estúpidos a través de la educación”.

De una u otra manera, se obliga a un grupo de la población a una mendicidad forzada, que tiene efectos negativos tanto en la vida de las personas individualmente consideradas, como en la sociedad en su conjunto. Incluso, según señaló Damian Grimshaw, director del departamento de investigación de la OIT, “tener empleo no siempre garantiza condiciones de vida digna”, por ejemplo, un total de 700 millones de personas viven en situación de pobreza extrema o moderada, pese a tener empleo. 

Efectos negativos a raíz del desempleo en las personas: se pierde la  capacidad de autonomía, lo cual resulta fundamental para la dignidad de todo ser humano;  se generan problemas al interior del grupo familiar; se daña gravemente la identidad personal y su dinámica en la participación social; se vive en la incertidumbre sin perspectivas de futuro; etc. Si bien el desempleo no afecta por igual a todas las personas, tiene implicancias en el concepto amplio de salud  de la OMS: “La salud es un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades”.

Efectos negativos para la sociedad producto del desempleo es el aumento de la delincuencia y del comercio informal, entre otros. Hace algún tiempo el diario electrónico “EL Líbero” ya hacía referencia a la relación entre desempleo y delincuencia. Pareciera ser más cómodo gastar $724.152 al mes por interno, según indica Gendarmería de Chile (al 2017), que invertir en generar nuevos empleos. Teniéndose en consideración una población penal a nivel nacional de 40.853 presos (al 2018). Nótese la diferencia conceptual que existe para una economía entre “gasto” e “inversión”.

Otro efecto negativo a nivel social es el aumento del comercio informal, el cual trae como consecuencias: un porcentaje de amenaza al orden público, una competencia desleal hacia el comercio formal, una considerable pérdida fiscal al no generar ningún tipo de pago de impuestos, la adquisición de productos muchas veces dañinos para la salud, el contrabando y la piratería, entre otros. A modo de ejemplo se puede decir que ya años atrás, al 2015, según  el último Informe del Observatorio del Comercio Ilícito, sobre la base de datos de Aduana y PDI, fueron confiscadas en nuestras fronteras 2.864.976 unidades de productos falsificados, 34% más que el 2014, y equivalente a un valor comercial de US$45.420.881, precio de retail de estas mercancías. Este valor supera los US$1.000 millones. Entonces se habla de una pérdida fiscal que supera los US$160 millones, cifra que supera los US$380 millones si se agrega el contrabando de cigarrillos. 

Más allá de las causas económicas, financieras y del comercio internacional que pueden incidir en una desaceleración de la economía interna del país, influyendo en un alza en el desempleo, luego, como es posible explicar un 7,1% de desempleo en alza, versus (a lo que va del 2019):

  • – Según el Banco Central, la balanza comercial de Chile anotó un superávit de US$1.031 millones (enero 2019) resultado de exportaciones por US$6.671 millones y de importaciones por US$5.639 millones.
  • – Athena Foods, anota utilidades por US$15,6 millones en el primer trimestre, a pocos días de debutar en la bolsa de Santiago. Sus ingresos brutos, en tanto, ascendieron a US$410,5 millones.
  • – Frutas Frescas. El sector produce cerca de 5 millones de toneladas de fruta, de las cuales se exportan 2,6 millones como fruta fresca, generando más de US$4.000 millones anualmente.
  • – Cristalerías de Chile anotó ventas por $131.792 millones el primer semestre.
  • – P&G anuncia alza de 4% en sus ganancias del cuarto trimestre fiscal y proyecta positivo ejercicio 2020.
  • – Ripley anotó una facturación de $390.789 millones (US$600,4 millones) en el primer trimestre del ejercicio 2019.
  • – Cencosud Shopping, al primer trimestre de ejercicio presenta un beneficio de US$147,2 millones.
  • – Aporte al fisco por parte de grandes mineras crece 90% a US$2.394 millones el año pasado (2018).
  • – Codelco, presupuesto 2019 proyecta aportes al Fisco por US$1.000 millones más que el año pasado (2018). Proyectó que sus ingresos de operación alcanzarían los US$13.960 millones, y sus costos llegarían a US$9.930 millones. Dado esto, los resultados antes de impuestos serían de US$2.829 millones.
  • – Las AFP de Chile, registraron en el primer trimestre utilidades por US$196 millones. El mayor incremento lo observó AFP Planvital, que elevó sus ganancias en un 803%.
  • – La Banca Chilena acumuló utilidades por unos US$1.242 millones en los primeros cuatro meses del año.
  • – El Narcotráfico, a modo de ejemplo, las cifras levantadas por la PDI, arrojaron que entre enero y junio de 2018 se han incautado $ 269 mil millones en drogas, $ 71 mil millones más que en el mismo periodo de 2017 y cerca de los $ 335 mil millones de todo el año anterior. Lo anterior significa que en el país existe dinero circulante para adquirir y generar esa cantidad de utilidades. Sin perjuicio que entre 2001 y 2018, el Estado (es decir, todos los Chilenos) ha desembolsado más de $199.000 millones en una cadena de programas de intervención. Sin éxito. 
  • –  Por último, en una economía como la nuestra, permitir el aumento de la fuerza de trabajo en un millón de personas a causa de la migración. La razón, la obtención de mano de obra barata, una forma de esclavitud moderna.

Según lo anterior, lo cierto es que al decir de Plauto (comediógrafo latino 254-184 a. C.) en su obra Asinaria, somos: “Lupus est homo homini, non homo, quom qualis sit non novit” (“Lobo es el hombre para el hombre, y no hombre, cuando desconoce quién es el otro”), cita que fue popularizada por el filósofo inglés (siglo XVIII) Thomas Hobbes, quién la adaptó en su obra De Cive.

Así se puede interpretar que en su escrito, Hobbes da por básico el egoísmo en el comportamiento humano, egoísmo que retrata de manera magistral el biólogo evolutivo Richard Dawkins en su obra “El gen egoísta”, tesis que además es defendida por la filósofa Ayn Rand postulando el egoísmo como naturaleza inalterable del ser humano, de esta manera, los seres humanos como especie nos definimos por una de nuestras condiciones, la  de ser un perfecto modelo de “homo economicus” que basa sus decisiones considerando su propia función de utilidad personal, y busca en la actualidad una justificación moral que le permita en algún momento de la historia lograr imponer y experimentar un capitalismo Laissez-faire.

Por
Carlos Francisco Ortiz Carvajal

OvalleHoy.cl