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Abejas: ¡vitales para nuestras vidas!

Desde el año 2009, periodo en que se decretó el día nacional de la miel (06 de agosto), se reafirmó la importancia que siempre han tenido las abejas en la continuación de la vida en el planeta, permitiendo su valoración y protección de esta maravillosa especie.

Es interesante saber que a través de todo el país encontramos colmenas, alcanzando una cifra cercana a las 8.777 apicultores que contienen alrededor de 500.000 colmenas que se concentran en las regiones de O´Higgins, Maule y la Araucanía (Boletín Apícola, mayo 2021), traduciéndose en una producción que va entre las 7 a 11 mil toneladas por año y de ellas, el 30% es para el consumo interno, exportándose, principalmente a los mercados de la Unión Europea (Alemania y Francia) un 70% en tambores de 300Kg, que alcanzaron un volumen de 1.991.708,33 en el año 2020.

En el caso específico de la Región de Coquimbo, el mismo boletín nos arroja que en el 2016 existían 76 apicultores, el 2017 subió a 281, el 2018 alcanzaron a 355, el 2019 aumento a 501 y el 2020 se llegó a un registro de 534 con una cantidad de colmenas (cada colonia 60.000 individuos) a septiembre de 2020 de 37.547. Esto se grafica en que las principales actividades productivas son; a la producción de miel 516, material vivo 90, polinización 144, propóleo 38, polen 49, producción de cera 43, jalea real 14 y apiterapia 12.

Esto nos demuestra que este rubro, si bien ha ido en alza, pero leyendo los medios de prensa, nos encontramos que tiene problemas para seguir expandiéndose por diversos factores, entre ellos: la carencia de agua, la trashumancia y la inestabilidad climática. Ante ese escenario, hay que abocarse a ver como se enfrenta y para ello, es bueno remitirse a las investigaciones que se están realizando (Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, junio de 2021) donde muestra que la producción disminuye entre los años 1997-2020, que la trashumancia trae aparejado otros inconvenientes; también la floración nativa ha disminuido.

Por todas estas situaciones, los productores tienen que innovar y potenciar la reforestación en sus entornos de producción, mantener sanas sus colmenas, exigir mayores controles de químicos utilizados en cultivos y los ciudadanos más los agricultores debemos colaborar en preservar esta actividad por la importancia de la abeja (a lo menos, plantando flores en diversos lugares) de la polinización y otros procesos, porque gracias a ellas se produce la fecundación de las plantas y flores,  la reproducción de árboles, de  plantas con flores y frutos, permitiendo  que más o menos el 70% de la población del planeta dependa de esta importante actividad.

Octavio   Álvarez Campos

OvalleHoy.cl