Es grave la realidad que azota a la región de Coquimbo con respecto a la escasez hídrica, ya que, no se han tomado en serio las proyecciones que se tenían y pensaban que lloviendo se solucionaría, lo cual no ocurrió. Por ello, a nuestro parecer se tomaron medidas de corto plazo, entrega de bonos y alimentos para paliar el momento, pero no se leyeron los informes científicos y técnicos que avisaban otra realidad.
Recordemos que según los organismos internacionales, el consumo de agua en el mundo asciende a 499m3/hab./año, que es igual a 499.000 litros por persona, con un gasto de aproximadamente 145 litros/hab./día, teniendo en consideración que si bien, el planeta es casi dos tercios de agua, pero el agua dulce es solo el 3% y solo el 1% está disponible para beber.
De allí, que es fundamental la eficiencia hídrica, hay que optimizar su gestión, en el entendido que el desarrollo de la actividad (agrícola; minera; industria), utilizando la mínima cantidad de agua, sin perjudicar la calidad del producto final (leer, nuestra propuesta de reconversión agrícola más valor agregado).
Paralelo a ello, no debemos olvidar que los efectos por la falta de agua en el sector agrícola provoca una baja en la producción, que lleva aparejado un desempleo agrícola, a la vez, se obliga a las personas en edad de trabajar a emigrar, provocando a la larga un desarraigo de su hábitat, aumentando los bolsones de pobreza en las ciudades y problemas que debe asumir el Estado. Esto se está graficando en los cierres de agroindustrias para esta temporada.
Es aquí, donde las autoridades tienen que ser visionarias y pensar en el largo plazo, debido a que los estudios dicen que EL AGUA VA A SER ESCASA Y POR LO TANTO HAY QUE CONCIENTIZAR A LOS CIUDADANOS Y TURISTAS, QUE EL AGUA DULCE HAY QUE CUIDARLA y por ello hay que optimizar al máximo su uso a través de campañas e incentivo a los emprendedores e inversionistas para la búsqueda de las innovaciones tecnológicas.
Es hora de hacerle entender al habitante de esta región, de que el agua dulce es fundamental para el desarrollo de ella y para las generaciones futuras, por ende cada habitante debe ahorrar agua, con algo tan simple como; duchas de bajo flujo; limpieza en seco del automóvil; no dejar corriendo el agua mientras se lava los dientes y otras medidas de fácil aplicación, entre otras.
OCTAVIO ÀLVAREZ CAMPOS
PROFESOR DE HISTORIA Y GEOGRAFIA
COQUIMBO
