Los que ya pasamos los 35, nos acordamos de las mangas que nos ponían en el kínder, elasticadas, en el antrebrazo, cuyo objetivo era aprender lo que era izquierda y derecha: roja para la izquierda y azul para la derecha. En ese momento no entendíamos la asociación de los colores y muchos vinimos a comprender la convención con los audífonos, que también incorporaban esa señalética.
Mi madre es zurda y no pocas veces la vi luchando con artefactos que eran para diestros; diestros y siniestros no podían entenderse. Los zurdos debían aprender a tocar guitarra al revés y cortar con tijeras podía transformarse en una hazaña. Así, los zurdos debieron adaptarse a una infinidad de tareas y artefactos, en que la experiencia estaba diseñada para un diestro.
A modo de anécdota, la propia Panasonic diseñó una cámara de video para zurdos, con un creativo spot, fruto de un estudio de mercado que señalaba la necesidad de este grupo objetivo.
A lo largo de la historia y en diferentes culturas, la condición de zurdo formó diversos juicios de valor, desde ser un regalo hasta ser sinónimo de vergüenza y reprobación. Lo cierto es que la ciencia ha ido demostrando que la condición de zurdo está determinada por un componente de herencia o genético, y también que esta condición determina facilidad o habilidades para ciertas áreas: áreas creativas, artísticas, las que tienen que ver con las emociones y la percepción, principalmente.
La imagen de Jimi Hendrix tocando su Stratocaster al revés llama la atención y parece ser un error fotográfico, pero no lo es, era zurdo.
Leonardo, Beethoven, Obama, Cerati, son otras de las celebridades que comparten esta condición. Sorprende realizar una búsqueda en Google sobre artistas, creadores, inventores; son en su mayoría zurdos y tuvieron la suficiente creatividad para adaptarse a un mundo que claramente se encuentra diseñado para diestros.
*Por Carlos Villarroel y José Luis Santorcuato,
Académicos de la Escuela de Publicidad de la Universidad del Pacífico
