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Árbol navideño: un problema de causa y efecto

Los ovallinos presenciamos la noche de ayer martes el encendido del gran árbol de navidad de la Plaza de Armas con sentimientos encontrados.

Por una parte con el sentimiento de orgullo de tener en nuestra ciudad el árbol de navidad natural más alto del país, y el más hermoso, desde luego, y que estamos seguros en las próximas semanas será una postal en numerosos medios de comunicación con imágenes que recorrerán el país y el mundo a través de internet. ¡Cómo no sentir orgullo!!.

Pero al mismo tiempo con un sentimiento de temor y hasta de molestia al observar la gran cantidad de personas que se reunió en el paseo público para presenciar el encendido a cargo de las autoridades. En especial de familias completas, con niños retozando con ingenua felicidad en los alrededores.

Porque no obstante las advertencias de las autoridades nacionales acerca de la posibilidad (casi una certeza) de un rebrote del Covid 19 en el mes de enero, con consecuencias aún imprevisibles para el país  luego de las festividades fin de año, cientos de personas insistieron en concurrir a la plaza.

Ovalle en las últimas semanas ha visto con preocupación el aumento de nuevos casos de contagios del virus y como se han mantenido los niveles de casos activos como los más altos de toda la región, superando a ciudades que nos duplican en cantidad de habitantes. Y la posibilidad que retrocedamos en el Paso a Paso, y aun peor, que volvamos sufrir una indeseada cuarantena en una fecha tan sensible.

Sin embargo estas personas, sin escuchar las advertencias de las autoridades y sin hacer caso del riesgo, insistieron con salir a la calle, poniendo en peligro su salud, la de sus familias, sus hijos y adultos mayores  para asistir a un ritual navideño tradicional.

La sensatez entonces llama a evitar la realización de nuevos eventos similares en las próximas semanas, sean organizados por el sector público o privado.

Y queremos creer que este año no se realizará una actividad tan tradicional como es el lanzamiento de los fuegos artificiales  que cada fin de año reúne a miles de personas en la Plaza de Armas o en el lugar del lanzamiento para observarlos y esperar la llegada del año nuevo, cumpliendo otro ritual como es el de saludar a próximos o extraños con un fuerte abrazo para desearles los buenos deseos para el año que llega.

Es un problema de causa y efecto. Y para evitar los efectos, lo razonable es eliminar las causas.

M.B.I.

OvalleHoy.cl