InicioultimasOpiniónArgentina, quiere sacar nuevamente conejos del sombrero.

Argentina, quiere sacar nuevamente conejos del sombrero.

24 - 04- 16 mapaLeyendo la prensa argentina y la chilena, nos hemos encontrado de lleno con otra intentona de pérdida de territorio de nuestro país. Nos estamos refiriendo al mapa publicado por Argentina en lo relativo a la posesión del territorio antártico que lo demarcan como propio, tomando, por supuesto, territorios que como chilenos siempre hemos sostenido que son parte de nuestro suelo patrio.

Pero no es de extrañar, ya que no es primera vez que “cada cierto tiempo, diversos incidentes, protestas y negociaciones han llamado la atención de la opinión pública, enturbiando las relaciones entre ambos países, sin que el problema encontrase solución” (Sergio Villalobos en “El Beagle Historia de una controversia”, página 7). Recordemos que, en el Tratado Secreto de 1873, se hablaba del ABC o el Eje Lima – La Paz – Buenos Aires, que si bien fue aprobada por la Cámara de Diputados de Argentina un 24 de septiembre de 1873 y en el Senado, hay versiones que se habría aprobado en mayo de 1874, pero se mantuvo en reserva por no haber acuerdo en algunos puntos. Allí, según los peruanos, su “idea” era garantizar la paz y la estabilidad en las fronteras americanas buscando la defensa del equilibrio continental. En el fondo, contener a Chile y no provocarlo. En cambio, según historiadores chilenos, el verdadero objetivo era imponer a Chile unas fronteras convenientes a Argentina – Perú y Bolivia por un arbitraje obligado de la alianza. Es costumbre de los argentinos  inventar casos para después crearlos, así lo refleja Villalobos en el caso del Beagle, donde nos dice; “para objetar una verdad tan evidente, algunos pocos argentinos, en un comienzo, avanzaron con timidez la idea de que las islas podrían pertenecer a la Argentina y, desgraciadamente, esa posición fue adquiriendo cada vez más adherentes, que desconocían la realidad de la situación. La presión de algunos exploradores y marinos no demoró en transformarse en una actitud oficial de los gobernantes del Plata.

Al parecer, ahora quieren utilizar la misma estrategia que ya les ha dado resultado, debido a que se sabe que ningún país puede reclamar soberanía sobre parte alguna del suelo antártico. Solo existen reclamaciones con base de tipo históricas – jurídicas de los intereses de los firmantes del “Tratado Antártico”. En el fondo son pretensiones. Chile debería hacer lo mismo e, inclusive, podríamos proponer seguir la línea divisoria de las altas cumbres. O bien aceptar  la postura de la fuerza aérea en que son de la tesis de “enfatizar la ocupación del heartland antártico; o sea, de su centro geográfico y del territorio propiamente continental, llegando incluso al Polo mismo, donde debería contar con algún tipo de instalación o presencia”. (Hacia el siglo XXI, FLACSO, página 243).

Chile no puede ser un ente pasivo; debe salir a convencer al mundo de nuestros pergaminos para tener presencia efectiva en dicho suelo. Basta recordar a Oscar Pinochet de La Barra, quien afirma: “Chile tuvo siempre vocación austral, incluso antes de que se descubriera el enorme y solitario continente antártico, Chile supo que su destino miraba a la parte más austral del planeta” (Chile, país oceánico, página 115) o bien lo que nos dice Bernardo O’Higgins (1831); “Chile viejo y nuevo se extiende en el Pacifico desde la Bahía de Mejillones hasta Nueva Shetland del Sur, en latitud 65°; y en el Atlántico desde la península San José en latitud 42° hasta Nueva Shetland del Sur, o sea, 3.900 millas geográficas, con una superabundancia de excelentes puertos en ambos océanos y todos ellos salubres en todas las estaciones”.

OCTAVIO ÀLVAREZ CAMPOS
PROFESOR DE HISTORIA Y GEOGRAFIA
COQUIMBO

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