Se están cumpliendo 237 años desde el nacimiento de este libertador que sacrificó su bienestar personal y familiar por una misión basada en la formación y la consolidación posterior de un Estado libre, independiente, unitario y soberano, que se puede resumir en un Estado-nación que debía establecerse sobre las bases de normas jurídicas respetables. El nunca quiso convertirse en caudillo, como si lo hicieron en naciones vecinas. Recordemos que en el periodo de 1817 y 1823, O’Higgins pese a tener gran poder, no tenía ningún problema que lo fiscalizaran diversos cuerpos legislativos (que ayudó a promover y consolidar).
Este hombre nació en Chillán un 20 de agosto de 1778, tuvo una infancia y adolescencia difícil, pero sí el estar en distintos lugares (Perú – Inglaterra entre otros), le permitió tener una visión de mundo y allí recibió las inquietudes de Francisco de Miranda quien lo influenció en la separación de estas tierras del Imperio Español. Paralelo a ello, obtuvo diversos conocimientos que posteriormente trató de implementarlo en este territorio, al cual regresó en el año 1802. En 1810 se integra al ejército patriota, en este aspecto no tenía mayor conocimiento, fue aprendiendo y asesorado por un amigo de su padre el señor Juan Mackenna.
Después del desastre de Rancagua (1 y 2 de octubre de 1814), los patriotas se repliegan al otro lado de la cordillera, donde O`Higgins comprendió que la liberación de Chile dependía de una emancipación sudamericana. De allí que emprenden el regreso y después de varias batallas, se logra en el campo de Maipú (abril de 1818) sellar la libertad definitiva, donde San Martin, expresó; “Chile no olvidará jamás, el nombre del ilustre invalido que el día de hoy se presentó al campo de batalla en ese estado”.
La expedición Libertadora del Perú, se forjó tras múltiples esfuerzos, ya que, este naciente Estado chileno era muy pobre y con los problemas argentinos (anarquía política) no pudo contar con su apoyo, recayendo el gasto en el gobierno chileno. Logrando partir esta expedición en agosto de 1820. En tres años se consiguió con grandes esfuerzos armar esta expedición.
A Bernardo O`Higgins le tocó gobernar en una época difícil, era de principios republicanos, entendió que la monarquía no iba a resultar en América. Pero sí buscó “mantener el orden a todo trance” (Simón Collier). “Merece destacarse el afán modernizador del gobierno O`Higginista, el afán de levantar el nivel de vida de todos los chilenos” (Simón Collier). Esto también queda reflejado, entre otras, en su intento de instalar las escuelas en los pueblos pre cordilleranos.
De allí, que los intentos de borrar el nombre de Bernardo O`Higgins de nuestra historia, aquel que fue figura y héroe de la independencia de Chile y de América, solo lograrán el repudio, ya que, este héroe, está en el corazón de los chilenos que día a día se reconocen, se saben y se sienten deudores y continuadores de su gesta redentora. El 20 de agosto que recuerda su nacimiento y la partida de la Expedición Libertadora, envuelve en su doble significado promisorio la incitación más alta que pueda recibir el espíritu del chileno para seguir ocupando con dignidad su puesto en la historia.
OCTAVIO ÀLVAREZ CAMPOS
PROFESOR DE HISTORIA Y GEOGRAFIA
COQUIMBO
