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Bomberos: Una vieja deuda aún pendiente

Eran las cinco de la tarde del domingo y la mayoría de los ovallinos se encontraba en sus casas disfrutando de las últimas horas del fin de semana.

Hasta que se escuchó la sirena del cuerpo de Bomberos llamando a sus voluntarios a una emergencia en la población Limarí. La colisión de dos automóviles en una conflictiva esquina. Y cuando parecía que ya todo estaba listo, un nuevo llamado para concurrir a Los Nogales, donde un trabajador había caído al interior de un pozo de 20 metros de profundidad. Una vez más montar en una máquina para correr hacia donde una vida en peligro requería su presencia.

Y finalmente el regreso al hogar de los agotados voluntarios, rogando que no hubiera otra alerta, para tratar de gozar de las últimas horas que quedaban del domingo.

Es que eso son los bomberos.Sacrificar horas de descanso, con riesgo para su seguridad para correr en ayuda del prójimo… sin cobrar un solo peso.

La labor del Cuerpo de Bomberos es reconocida a nivel de país, y es la institución que disfruta del mas alto reconocimiento de la comunidad. Lejos de las otras instituciones.

Lo que llama la atención sin embargo es que ese reconocimiento no se refleja al momento que Bomberos requiere del aporte de la gente.

De hecho en la Colecta oficial del sábado en Ovalle, apenas se recaudaron $ 1. 200. 500 , casi doscientos mil menos que en la colecta del año anterior.

Tal vez se dirá como excusa, la sequía, el desempleo, la desaceleración de la economía, etc. Pero si se hace un cálculo rápido del número de habitantes que tiene la ciudad – alrededor de 100 mil – hubiera sido suficiente que cada uno hubiera aportado sólo una moneda de $ 100 para reunir diez millones de pesos.

Y el sábado resultaba increíble y casi molesto como los transeúntes en las calles céntricas de la ciudad se escabullían cuando los voluntarios se les aproximaban con sus alcancías, mientras otros se hacían simplemente los desentendidos y se alejaban calle abajo apurando el paso.

La pregunta que uno se hace. ¿Es que los bomberos, además de concurrir a apagar incendios o a rescatar a personas en accidentes vehiculares, tiene que salir a la calle a requerir de dinero para financiar sus equipos? ¿No debería ser al contrario, que nosotros deberíamos estar golpeando la puerta de los cuarteles para entregar nuestra erogación? No solo una vez al año, sino de manera permanente.

Mi padre, hace mas de cincuenta años en un artículo publicado en el diario La Provincia, se refería a la “Vieja Deuda” que tenía Ovalle con sus bomberos. “Si nuestros bomberos gozaran de buenos sueldos, como sus congéneres del resto del mundo, deberíamos sentir por ellos un gran respeto y agradecimiento, pues su arriesgada labor no hay dinero que pueda pagarla. Pero resulta que ellos nos ofrendan su comodidad, su salud, y a veces sus vidas y nosotros no le damos nada a cambio, como no sea una fugaz admiración”.

Y añadía: “Es hora ya de que abonemos a esta larga deuda que existe entre nuestra indiferencia y su generosidad, y la forma delicada y comprensiva sería dotarlos de los elementos que les faltan para hacer menos riesgosa su misión y, de paso, más eficaz aún su defensa de nuestros intereses”.

Sin embargo han pasado más de cincuenta años de entonces y Ovalle aún no salda su vieja deuda con nuestra institución.

M.B.I.

OvalleHoy.cl