La importancia del desierto atacameño se debe en gran parte a los exploradores y empresarios surgidos en la zona del norte chico, quienes en el periodo de 1825 – 1875 ayudaron a un gran desarrollo económico de nuestro paìs..
Los cateadores como Diego de Almeyda, nacido en Copiapó en 1780, hijo del portuguez José Cayetano de Almeyda y de María Antonia Aracena y Godoy la cual era de Coquimbo. El cual desarrolla su actividad en Caldera y de allí explora diversos sectores, descubriendo el mineral de Las Ánimas cerca de Chañaral. Se dice que “el mismo enseñaba a sus seguidores; que a caballo ninguna mina se ha descubierto; por eso el cateador ha de tener la planta tan dura como la pezuña de la mula que carga los alimentos y la esperanza” (Atacama de Plata, Oriel Álvarez, pág. 157.).
José Santos Ossa, nacido en el Huasco el 1 de noviembre de 1827, sus padres fueron, Nicolás Ossa Varas y de Josefa Vega, tuvo conocimientos de fundición de metales y ayudado por Agustín Edwards, el cual les brindaba apoyo, compraba sus minerales más consejos y ayuda. Ossa descubrió cobre en la costa de Mejillones, pero su fortuna comenzó cerca de Tocopilla, explotando las guaneras de Paquico.
De allí se traslada a Cobija, poseía minas de cobre (La Fortuna y La Esperanza) Se le atribuye haber instalado una máquina destiladora del agua de mar, en relación a lo que sucede en Caimanes (Choapa), donde quieren instalar una para las faenas mineras, lo cual dudo que puedan usarla para el proceso de la minería del cobre en lo relativo al sistema de flotación, ya que, en general, el agua de mar no tratada no se puede usar en dicho sistema.
José Santos Ossa fue el descubridor del salitre, después de salir de La Chimba (hoy Antofagasta), subiendo por una quebrada llegando al Salar del Carmen. De allí formo sociedad con Agustín Edwards en la Compañía de Salitres de Antofagasta, que muchos consideran la causante del inicio de la Guerra del Pacifico. En este conflicto se dice que los peruanos y bolivianos habrían aumentado su agresividad hacia Chile, en gran parte por el “apoyo” de potencias extra continentales.
Es por eso que nos preguntamos, ¿no estará ocurriendo lo mismo hoy en día? ¿Será que nosotros una vez más, pecamos de inocencia en geopolítica? ¿Nuestros vecinos estarán entusiasmados pensando que Chile tiene una debilidad interna en un segmento blando de la población? ¿Pensarán que los déficits energético e hídrico nos dejaran en desventaja?
Todo esto nos lleva a meditar en que el esfuerzo y sacrificio de estos hombres y muchos más (héroes no visibles), no se pueden olvidar y debemos honrarlos como se merecen.
OCTAVIO ÁLVAREZ CAMPOS
PROFESOR DE HISTORIA Y GEOGRAFÍA
COQUIMBO