“El Chile de hoy todavía no nos satisface; pero tenemos libertad, soberanía, unidad, fuerzas y ganas para hacerlo dueño de un porvenir mejor.”(Gastón Acuña, 06/05/1980).
Esperamos que estas palabras de hace 25 años sigan vigentes y reflejen lo que nos envidian algunos vecinos (como lo afirmaba la Embajada de Alemania en un documento secreto de fecha 23/09/1879 enviado a su país: “la causa verdadera de la guerra actual es, sin embargo, mucho más profunda; es la amarga envidia, el odio vivo, que impera contra Chile desde hace muchos años en Perú y Bolivia. Ambos países, continuamente destrozados por revoluciones y bajo pésima administración, envidian el progreso material de Chile….” Informes Inéditos de Diplomáticos Extranjeros Durante la Guerra del Pacifico. Edit. Andrés Bello) y eso los lleva a que cuando tienen problemas internos recurren a nosotros para descomprimir y unir a su pueblo en un tema común. Súmele a ello los cambios geopolíticos producto de intereses transnacionales que se mueven entre bambalinas.
De allí que los chilenos debemos entender que es vital tener UNIDAD NACIONAL, ya que así podremos enfrentar las peores dificultades, en la relación con otros pueblos y no dejarse seducir por “cantos de sirena”, más el romántico sentimiento de compasión al caído, en homenaje a la paz y por el americanismo mal entendido, que se contrapone a la verdadera integración que es complementaria y simétrica. Recordando además que con el General Ibáñez del Campo se fue retomando un nuevo rumbo por las “desilusiones que a la postre llevaron al convencimiento de los chilenos que la dignidad del país no podía tolerar mayores condescendencias, las que no contaban con una retribución recíproca.
Durante la administración Alessandri Rodríguez, se reforzó aún más la idea de que el territorio norte no era mercancía sujeta a trueque, por muy alto que fuera el precio ofrecido”. (Bolivia y el Mar 1810-1964, Oscar Espinosa M. pág. 496, Edit. Nascimiento)
Hoy en día, los intereses internacionales se tienden a judicializar y eso podría provocarnos graves problemas, ya que, la diplomacia se ha desdibujado y por ende la soberanía de Chile dependería del comportamiento de litigantes y jueces extranjeros, a los cuales Maquiavelo les tenía poca fe y sostenía que “los peligros deben conjurarse antes de que aumenten, pues las guerras no se evitan aplazándolas”. Además, los tratados son más valorados por los vencedores que los vencidos y nos confiamos de que los bolivianos iban a aceptar esta paz con amistad por los innumerables beneficios y concesiones que se le entregaron que Oscar Espinosa M, lo gráfica “Y para cerrar esta larga enumeración de concesiones en homenaje a la paz y confraternidad americana, se firmó el Tratado de 1904, que figurará como una pieza única en el devenir de la humanidad, porque a cambio de una peregrina amistad, el vencedor pagó fabulosos beneficios al vencido…”(Ídem obra citada, págs.495-496).
Esperamos que aquellos que piensan que un pedazo de tierra o mar no es valorable para la soberanía, cambien su pensar y ayuden a promover una diplomacia más sabia e inteligente que represente el sentimiento de la gran mayoría del pueblo chileno que tiene claro su devenir histórico.
OCTAVIO ÁLVAREZ CAMPOS
PROFESOR DE HISTORIA Y GEOGRAFIA
COQUIMBO