Alrededor del mediodía nos llamó la atención cuando circulábamos por calle Arauco del centro de Ovalle un grupo de damas con carros llenos de mercadería (frutas y verduras) huyendo a todo correr hacia al sur.
Cuando llegamos al paseo peatonal pudimos observar la razón de la huida tan apresurada: la presencia de dos carabineros que, papeles en mano, efectuaba una fiscalización de todos los comerciantes ambulantes, revisando si su situación era regular o irregular. A los que no contaban con la autorización adecuada, les pedían abandonar el lugar.
Cuando los uniformados abandonaron el lugar, las damas de los carritos de verduras, que estaban ocultas a media cuadra, regresaron a la esquina de Vicuña Mackenna.
Al parecer en Ovalle se está imitando el ejemplo de comunas de Santiago en el que se está poniendo control al comercio callejero, que en nuestra ciudad de manera gradual en los últimos meses, se ha venido apropiando del último bastión de una calle despejada: el paseo peatonal.
Una tercera persona que observaba a la distancia este espectáculo de carreras para acá y para allá, nos manifestó su preocupación porque las redadas que se están haciendo en la Capital del país haga emigrar a estos comerciantes hacia ciudades de regiones , entre estas la nuestra, donde el control es menor.
“Y esa inmigración sí que sería preocupante. ¿No cree?”, nos comenta.
