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Cómo es salir en Ovalle un sábado por la noche.

Ser joven es el momento preciso para disfrutar la vida. Jaranguear, salir, conocer gente, equivocarse en el amor, compartir con amigos, tomar un trago quizás dos o nueve, qué importa. Cuando seamos viejos esos momentos no volverán, y no quiero llegar a viejo, mirar atrás y pensar lo aburridas que eran las noches en Ovalle.

Salir con los amigos de noche un día sábado a divertirse debiera ser una experiencia satisfactoria. Recorrer distintos locales bohemios con buenos precios, buena entretención, panoramas  y con la seguridad de que las autoridades se preocupan de que todo esté en orden.

Estos requisitos de una noche normal en cualquier lugar del mundo, parecieran estar totalmente alejados de lo que se puede conseguir en la noche ovallina.

El centro de Ovalle es un pueblo fantasma los sábados en la noche. Salvo un par de locales abiertos en el paseo peatonal, sumado a otro par que parecieran estar escondidos en oscuras calles del centro y también, cómo no mencionar los “cahuines internacionales” que funcionan sin parar dando refugio a los hombres sedientos de amor.

No hay panoramas para los jóvenes en Ovalle, simplemente no hay nada que hacer. Es una excepción que los sábados exista alguna actividad.  El silencio nocturno de esta gran soledad es incluso tenebroso.

Los precios de Ovalle son muy caros para el carrete: si en Valparaíso un vaso de “piscola” se puede encontrar desde los 1000 pesos, acá en Ovalle encontrar una que cueste menos de 3500 es una hazaña. Los locales utilizan los altos precios para “filtrar” a los clientes y evitar que los “pungas”, “flaites” ingresen a emborracharse con la alta sociedad Ovallina (espero se entienda el sarcasmo). Pero esto afecta directamente a los más carreteros y potenciales clientes: Los universitarios. Una buena cantidad de alumnos de las 4 universidades instaladas en Ovalle están siendo olvidados. Ellos no pueden pagar caro por una cerveza, por lo tanto son “pungas”, vayanse a tomar a su casa.
En Facebook, en una página de ovallinos y destinada a los negocios observé una situación. Un joven indicó “no hay nada para hacer en Ovalle, es fome”. Acto seguido una tropa de adultos unidos declaró  “entonces ándate de Ovalle, si quieres carretear ándate a Santiago, a Serena, acá queremos estar tranquilos”.

¿Esta es la respuesta que debe dejarnos tranquilos? Por favor, abuelos.  La bohemia entrega excelentes cifras a los municipios,  puede desarrollarse en orden y sanamente. Pero en Ovalle, este ítem no existe. Nadie cuida de los jóvenes y no tan jóvenes que al salir de los pub del centro deben encomendarse al cielo para que no les suceda nada al volver a casa. Y una de las causales más recurrentes es la delincuencia y la inseguridad de las calles del centro.

El sábado pasado un tipo armado entró a un local del centro de Ovalle, apuntó en la cara  a otro tipo y el disparo no salió. Intentó nuevamente, pero la pistola estaba trabada, en ese momento todos los del local se abalanzaron sobre el tipo y lo molieron a golpes a más no poder.

¿Qué pasa si un turista quiere ir a divertirse en Ovalle, tomar una copa y lo primero que ve es una situación como esta?

Personalmente he visto más violencia de la que quisiera en mis salidas nocturnas (y soy tranquilito),  grandes mochas fuera de los pubs y discos, asaltos, peleas, apuñalados. Desde que tengo la edad para salir, nunca he visto una patrulla de seguridad ciudadana o de carabineros resguardando que el futuro de Chile, después de divertirse vuelva segura a sus casas.

Los medios en el facilismo que permite el papel, han inculpado sistemáticamente a los locales de estas situaciones de violencia. Crearon el clima de “no salga en Ovalle los locales son peligrosos”.

Aclaremos que no es económicamente viable para un pub-discoteque tener peleas, las evitan con todos sus esfuerzos. Acaso los dueños pensarán “Ojalá hoy apuñalen a alguien afuera de la disco, nos encanta salir en la prensa”.

La culpa no es de los pubs, como decía anteriormente. Los locales ya desesperados al no tener solución a las riñas, está prohibido el derecho de admisión, así que decidieron simplemente subir los precios  a modo de “filtro” (como si los narcos fueran pobres y el robo no diera dinero fácil) Si existe una pelea al interior de un recinto la seguridad del local debe actuar, pero si esta sucede fuera, escapa totalmente a sus facultades. A menos que un guardia arriesgue su vida para proteger a un ebrio desconocido en la calle, difícil.

Es fácil darse cuenta de lo que expuse y criticar como lo he hecho. Son las soluciones las que escasean y me quiero aventurar con algunas:

Propongo por ejemplo un perímetro de seguridad estratégico en las calles Independencia, Paseo Peatonal, Alameda,  Tamaya, Libertad,  Ariztía. Con trabajadores del orden público resguardando la seguridad de las personas.

Que los motivados chicos del Ceca, tengan actividades todos los sábados en la plaza de armas de Ovalle con tocatas y peñas culturales, para fomentar el turismo nocturno.
Ovalle, que crece y se seca a pasos agigantados gracias a las mineras, también puede obtener réditos económicos con el dinero de los carreteros, créanme, no son pocos y prefieren quedarse en sus casas.

*Mención honrosa a los todavía lolos, que claman por fiestas de los 80’.

Ignacio Zuleta P.
Periodista

OvalleHoy.cl