Probidad y Transparencia, son virtudes que clase política asegura que cumplirán y vigilarán que se cumplan si son electos, que luego reafirman mediante juramentos o promesas al asumir sus cargos, pero que a corto andar sucumbiendo a la tentación del dinero o poder, borran de sus mentes, llegando a mentir con total descaro para justificar sus malas acciones.
Dentro de los ardides utilizados para lucrar o defenderse, se encuentran los famosos “copy paste”. Así Patricio Rojas Carvajal, médico que fue Subsecretario y ministro de Educación en el gobierno de Frei Montalba, Ministro de Defensa en el del ex presidente Aylwin y que ocupó cargos de confianza en el primer periodo de la presidenta Bachelet, sin considerar la importancia que tenía para la seguridad nacional su actuación, mediante esta práctica a través de la Corporación de Estudio Estratégicos (CEE) que creó para defraudar, cobró 92 millones de pesos por estudios del área, copiando textualmente estudios internacionales de Defensa existentes.
Como suele acontecer con los políticos que cometen delitos… ¡No pasó nada!, así que no es de extrañar, que el 13.05.2014, el Mostrador denunciara que dineros gubernamentales aportados durante 15 años a la Universidad de Chile, para implementar su parque tecnológico y crear la ciudad universitaria, sobre los cuales tenía control, se esfumaran y los gobiernos que han tomado como parte de su lucha en educación ¡El fin al lucro!, no digan nada al respecto.
Conductas como estas en otros personajes públicos y autoridades hay por montones; pero lo que resulte realmente impresentable, es el que quienes deben disponer que se termine con ellas, por conveniencia política o familiar, terminen distrayendo el centro de atención del problema, guardando silencio, ubicando autoridades en puestos que permiten que las denuncias se volaticen, defendiendo a los corruptos, eliminando a los funcionarios correctos que les resultan peligrosos, etc., de allí que la confianza adquirida por los infractores sea tal, que un hijo del senador Pizarro, se permita con total desvergüenza afirmar que las asesorías prestadas a SQM, fueron verbales, siendo que dicha empresa declaró a la Fiscalía que no existieron (El Mostrador 04-05.2015).
Si la práctica del copy paste, le sirvió un ministro para defraudar al Estado, que luego también defraudó a la Universidad de Chile, en más de $ 4.800 millones de pesos y todo quedó en la nebulosa, siendo el país informado de ello, fácil es imaginare porque la presidenta Bachelet, mostrándose indignada y decidida a actuar frente a la corrupción actual, optó por recortar, pegar y copiar medidas que dispuso aplicar –sin cumplir-, al recibir un informe confeccionado en 15 días, por una Comisión Extraordinaria, que en su primer mandato sesionó con motivo de la ocurrencia de actos de corrupción y financiamiento empresarial a políticos en su primer año de gobierno.
La respuesta es simple: Porque ahora, con la experiencia adquirida, en prevención colocó a un Jefe del Servicio de Impuestos Internos para frenar las denuncias, mantiene mayoría en el parlamento donde se conforman las “comisiones Investigadores” y dictan las leyes, nombró a un ministro de hacienda con experticia en “explicaciones” por defraudaciones públicas, con práctica intensiva en Ferrocarriles del Estado, empresa destruida económicamente en el periodo en que fue director y finalmente no se había informado ni siquiera por la prensa, que este Chile no el mismo que dejó al radicarse un largo período en el extranjero, retornando para ¡repetirse el plato!.
Todos los chilenos esperamos que esta vez la Presidenta no haga Copy-page y que en tan solo 72 horas que ella misma propuso darse para nombrar nuevas autoridades sean personas con la honestidad, preparación, y probidad que Chile necesita.
Dra. Susana Verdugo Baraona.