Ramón Rubina, el escritor más relevante de la literatura local, se atreve a responder esta pregunta efectuada con motivo de la próxima celebración mundial del Día del Libro y la Lectura.
El destacado narrador, poeta, y dramaturgo afirma que la situación de la literatura en la comuna no es buena, primero por el nivel de los escritores locales.
“Es que yo creo que son pocos los escritores que se preocupan de trabajar lo que escriben, de revisar, pulir, corregir. La mayoría cree que es dedicarle unos minutos el fin de semana, juntar unos trabajos y publicar un libro y ya está, son escritores. Para la mayoría esto es una entretención, un hobby de fin de semana pero no un trabajo”, dice.
“¿Qué haría yo para corregir esto y mejorar el nivel del escritor? Haría muchos talleres, pero no para veinte , diez personas, no. Haría talleres individuales, en los que un monitor trabaje individualmente con cada uno, lo corrija, lo haga trabajar hasta que vaya aprendiendo”, agrega.
Manifiesta el autor de “La Calle del Fin del Mundo” (el mejor libro de relatos escrito en Ovalle en los últimos años) que lo otro que falta a los escritores ovallinos es esa inquietud por conocer cosas. “Leer mucho y de distintos autores, para ir aprendiendo de cada uno la manera que tiene de escribir, del uso del lenguaje, de desarrollar historias. Pero el escritor ovallino por lo general lee poco. En esto nunca se termina de aprender. Uno, aunque esté viejo sigue descubriendo cosas nuevas”, dice.
También envía un “recado” a las autoridades: sugiere que apoyen a los escritores que se atreven a publicar. En especial comprándole libros que editan con mucho esfuerzo personal. Y esos recursos le ayudarán para pagar los compromisos contraídos para publicar ese libro y para financiar otra futura publicación.
“Pero en lo principal para que esos libros sean distribuidos en las bibliotecas de los colegios y que se invite a los escritores a dar charlas en los colegios, a conversar con los profesores y los alumnos para que los niños conozcan a quienes están escribiendo en Ovalle. Pero las municipalidades de la provincia del Limarí no compran libros. No “invierten” en comprar libros a sus escritores”, concluye con decepción.
M.B.I..
