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Cuestión de mentalidad

Cuándo nos ponemos a pensar en algunas de las decisiones políticas claves de éste último tiempo, ¿nos preguntamos acaso si éstas decisiones pueden llegar a condicionar nuestro futuro o en éste caso el del país?

Si bien es cierto, la respuesta a ésta pregunta no es sencilla, no es menos cierto que todo se limita al tipo de mentalidad que tiene la persona o personas que las implementan, pues mientras unos tienen una “mentalidad fija”, como la que tiene éste Gobierno, en donde cree que sus habilidades e inteligencia son los únicos rasgos que valen y se centran en lucir inteligentes y no mostrar sus debilidades; eligiendo sólo situaciones en las que puedan triunfar y evitar aquellas en las que puedan fallar, tratando de tener controlado al máximo los ambientes, un hecho patente de lo que acabo de expresar es por ejemplo, cuando la Presidenta Bachelet, era por ese entonces candidata a la presidencia y evitaba a toda costa el tener que presentarse a algún debate, porque claramente no es su fuerte y por lo mismo al querer evitar el fracaso, ésta prefería mantenerse en su zona de confort y no corren riesgos.

Hay otros como el Presidente electo Piñera, que tienen una “mentalidad de aprendizaje o de crecimiento”, que entiende que sus talentos y habilidades se pueden desarrollar a través del esfuerzo, la buena instrucción y la práctica, tiene una mentalidad que le permite a pesar de los fracasos que pueda tener, de las dificultades que se le presenten o de lo intrincado que pueda llegar a hacer el implementar una política pública que beneficie a la ciudadanía, el perseverar en sus metas, en pedir ayuda de ser necesario para alcanzarlas, sin ese miedo al qué dirán o el de sentirse menos valorado por solicitarla, reflejo de esto último es la ayuda que solicitó para rescatar a los compatriotas que estaban atrapados en la Mina San José a diferencia de lo que ocurrió con la Mandataria que esperó tener casi que literalmente medio país en cenizas en solicitar colaboración y es más cuando se la ofrecieron de manera desinteresada antes que se tornara en un verdadero infierno el sur de Chile, la menospreció, tanto ella como sus colaboradores.

El tener una “mentalidad de aprendizaje” les permite a las personas prosperar incluso en los momentos más desafiantes; pues los perciben como oportunidades de crecimiento y no como pruebas de donde dependiendo del éxito o fracaso, uno demuestra su valía, no son personas que se sientan amenazadas por el éxito de los demás, al contrario dicho éxito los inspira. Dedican sus energías en aprender y diseñar nuevas soluciones, porque es lo que finalmente genera espacios de acción para la innovación y el emprendimiento.

Es por ello que es importante que la clase política de todos los sectores, cultive una mentalidad de crecimiento. Donde los éxitos y fracasos del pasado sean una fuente de lecciones para el futuro, que dejen a un lado los prejuicios sobre los demás y valoren la diversidad de visiones; que abracen con entusiasmo los cambios y que tenga la certeza de que el resultado del mañana dependerá de los esfuerzos de hoy.

Esfuerzos que a mi modo de ver, serán muy necesarios para poder nuevamente encaminar el país a las vías del progreso, la equidad y prosperidad, que en éstos últimos cuatro años nos fueron arrebatado por un Gobierno irresponsable, mezquino e improvisado.

En fin, no tengo la menor duda, de que en definitiva llegaron los Tiempos Mejores y que saldremos adelante, con y por nuestra gente, porque si ya una vez el Presidente Piñera, nos demostró que podía sacar un país de una crisis, levantarlo literalmente del suelo y llevarlo a crecimientos que garantizaran recursos para programas sociales y empleos para miles de chilenos que lo perdieron todo en aquella oportunidad, en ésta ocasión lo hará para aquellos que lo perdieron todo en éstos últimos cuatro años de improvisación gubernamental.

Susana Verdugo Baraona.

OvalleHoy.cl