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Cuidemos las maravillas que nos rodean.

Pienso que nadie puede resistirse a ver una puesta de sol en el mar junto a sus seres queridos, nadie puede privarse de ver como el sol se oculta entre el bailar de las olas en el mar, entre el silbido que produce el viento y las diferentes “explosiones” de energía que descarga el alza de la marea en las rocas, todo matizado por un cielo de color anaranjado al precipitarse el atardecer.

Sin embargo, ésta hermosa puesta de sol y oportunidad de crear bellos recuerdos con nuestros seres amados, se puede ver empañada por la acción del hombre, de ese hombre inconsciente, irrespetuoso del resto de las personas y de su entorno, aquel que al concurrir a la playa para pasar sus días de vacaciones, de paseo o simplemente para “capear” un poco el calor, deja la arena con colillas de cigarrillos, envoltorios de golosinas, botellas plásticas que van aparar al mar y a sumarse a las millones de toneladas de basura que flota en los océanos, llegando a formar una pseudo isla por el gran diámetro que posee el cúmulo de todos estos desperdicios; que por lo demás, es lo que impacta tanto en nuestra fauna y flora.

Es labor de todos contribuir a cuidar nuestro ecosistema, no sólo para que nosotros veamos el mañana, sino para que también lo puedan ver y disfrutar nuestros hijos y los hijos de nuestros hijos; de hecho, como Pediatra, les refuerzo a mis pacientes la importancia de los valores y el respeto, pues es labor de los padres enseñarlos y educar con el ejemplo, pues las demás personas lo que hacemos es reforzar lo que ya fue enseñado. No es labor del colegio enseñar valores, ni normas de buena conducta, sino de los padres o de la persona que los tenga bajo su cuidado.

Lo que he dicho con anterioridad tiene relevancia, en el sentido de que es esencial que se les inculque a nuestros niños desde la más tierna infancia, la cultura del reciclaje y de la limpieza, pues él no tomar conciencia de ello sería funesto para el desarrollo de las futuras generaciones; ya que al día de hoy, podemos ser testigos del mal que está ocasionando el mal manejo de nuestros desperdicios; el planeta está mostrando lentamente signos de envenenamiento (aunque no tan lentamente como algunos creen) y junto con él, nosotros también estamos sufriendo las calamidades y efectos adversos de dicha situación como por ejemplo veranos e inviernos muy acentuados en donde se hace cada vez más frecuente los “peak” ya sea de calor o de frío, llegándose inclusive a alcanzar temperaturas extremas en ambas direcciones.

Lo mismo está ocurriendo con las marejadas que se ven cada vez más destructivas y lo mismo ocurre con los diferentes desastres naturales a los que nos hemos visto enfrentados, pues éstos están siendo cada vez más frecuentes y de mayor intensidad uno tras otros. Dentro de los cuales tenemos las erupciones volcánicas, la caída de precipitaciones con gran intensidad al punto de saturar la capacidad de absorción del suelo, pues llueve en un corto periodo de tiempo, lo que debiese llover en un mes en un año o simplemente en más espacio de tiempo, provocando, por lo tanto, que el suelo no sea capaz de absorber todo lo que “cae” en dicho período de tiempo.

Asimismo, la tala indiscriminada de árboles también ha contribuidode manera negativa en generar las condiciones propicias para avulsiones y aludes que provocan gran destrucción, pues arrasan con todo lo que hay a su paso. Situación similar con los incendios, que lo único que generan son cenizas y perdidas, siendo estos cada vez más frecuentes en el tiempo actual debido al temido 30-30-30 que al juntarse estos 3 factores, que son ni más ni menos que los “ingredientes perfectos” para el desastre, pueden y de hecho lo hacen, el crear las condiciones ideales para la generación, propagación y descontrol de un incendio forestal, pues convergen tres condiciones climáticas implacables, que serían que hubiese 30 o más grados Celsius de temperatura, menos de un 30% de humedad ambiental y que existan 30 o más nudos de velocidad del viento.

Por lo que siento que es necesario hacer un llamado a la comunidad, que una vez más nos unamos y nos ayudemos entre todos, adoptemos la cultura del reciclaje, de reducir nuestra “huella” de carbono; pues juntos podemos logran grandes cambios, puesto que al juntar la acción con la esperanza de un mejor futuro, saldremos adelante y viviremos en un mejor mundo, mundo que como está actualmente no es algo que quisiera heredarle a mis nietos, así que súmense al cambio.

Susana Verdugo Baraona.

OvalleHoy.cl