InicioultimasOpiniónDe Miguel de Cervantes a Jorge Baradit. Una polémica estéril

De Miguel de Cervantes a Jorge Baradit. Una polémica estéril

Me ha llamado la atención el revuelo que han causado en los últimos días las declaraciones del profesor y astrónomo José Maza en las que afirmaba que “A los niños hay que acostumbrarlos a leer, porque nunca han visto a su papá o su mamá hacerlo, los niños no deben leer el Quijote, deben leer a Baradit».

Por una parte saltaron aquellos que lamentan que una persona de la capacidad del profesor Maza esté entregando declaraciones tan livianas “como si aconsejara a los niños dejar de escuchar a Mozart para escuchar canciones de Bad Bunny”, o pasando a llevar un clásico como Cervantes para compararlo con Baradit.

En tanto hubo otros que señalan que las declaraciones del astrónomo no apuntan a desprestigiar al hidalgo de La Mancha, sino a sugerir lecturas más accesibles para las mentes de niños que aún no tienen formados hábitos de lectura. Mas adelante, ya con mayor madurez, podrían acceder a El Quijote y a otros clásicos.

En alguna oportunidad me referí a mi experiencia recordando cuando el profesor de castellano en el Seminario Conciliar de La Serena nos dio a leer El Quijote. Yo dejé la prueba en blanco, con una frase que explicaba que “no lo leí porque me aburrió”. Fui el único 7 de la clase por mi sinceridad, pues el profesor sabía que era un lector voraz, en especial de la literatura latinoamericana, García Márquez, Vargas Llosa, etc.

Años más tarde siendo periodista del desaparecido diario La Provincia, en un artículo sugerí a los profesores de la ciudad no dar a leer a sus alumnos los clásicos “Memorias del Mío Cid Campeador”, o El Quijote de la Mancha” sino recomendaba una novela de reciente aparición: “Palomita Blanca de Enrique Lafourcade.

Recuerdo que profesores del ramo llegaron hasta el diario para expresar al Director su repudio por mis opiniones atentatorias de la calidad de la enseñanza. Mas aun tratándose de un libro con una temática inconveniente para la formación de las mentes impolutas de los alumnos.

Y pasó mucho tiempo antes que los docentes ovallinos perdonaran mi atrevimiento.

Sin embargo el tiempo terminó por darme la razón y el libro de Lafourcade llegó a convertirse en lectura recomendada en los colegios de enseñanza media.

Incuso el mismo Enrique Lafourcade en 1979, en la sede de la Sociedad de Escritores de Chile, en Santiago, se acercó para comentar, riendo, el episodio.

Sin desconocer la calidad literaria de El Quijote (posteriormente lo leí con mucho interés) estoy de acuerdo con José Maza en que es necesario dar a los niños lecturas que estén mas cercanas a sus intereses y preocupaciones, y no aquellas otras que siendo de gran calidad, no los motivarán a continuar leyendo. En la actualidad existe una enorme variedad de lecturas que apuntan en ese sentido. Y una vez que esos jóvenes se aficionen a la lectura, gradualmente y por si solos, continuarán escalando peldaños en calidad.

Mi padre, gran lector, se inició leyendo novelas de Emilio Salgari y Rafael Sabatini; yo lo hice con libros de vaqueros o policiales, y la vieja y querida Corín Tellado, hasta – ya maduro – llegar a los clásicos.

Volviendo al tema, alrededor de Baradit hay una importante cantidad de autores chilenos que tienen obras de ficción de interés, que son increíblemente entretenidas y al mismo tiempo motivan al lector a conocer más de nuestra realidad histórica. Cito, por ejemplo a Alberto Rojas (“El Secreto del Dresden”) o a Francisco Ortega (“Logia”) que se leen de un tirón pero que incentivan a ir mas allá. A preguntarse ¿será verdad esto que dice el autor?, ¿Sucedieron las cosas de esta manera?, y coger libros de nuestra historia para verificarlo.

Ya los jóvenes tendrán tiempo para llegar a Cervantes y otros clásicos.

M.B.I.

OvalleHoy.cl