La inseguridad ciudadana no es un problema de percepción, es una realidad que está afectando concretamente el derecho a vivir en paz de nuestras familias urbanas y rurales. No es razonable que un 93% de los delitos violentos se archiven y los agresores no tengan sanción. Esto genera impunidad.
Las cífras oficiales de los delitos de alta connotación social sorprenden. Indican que ha disminuido el robo con fuerza en un -6%, el hurto un -16%, el robo con violencia un -14% y la violencia intrafamiliar un -15%.. Estas cifras contrastan con la frustración ante la impunidad e intimidación por parte de agresores que impactan en la disminución de las denuncias.
Tendemos a desear que todo el mundo esté en la cárcel. Eso es inviable.
Por ejemplo, en el caso de niños y jóvenes primerizos debemos cortar su carrera delictiva. Quienes delinquen en más de un 70% son hijos de delincuentes o no tienen familias responsables.
Nadie debe aprovecharse del temor, la utilización política o promover medidas populistas poco serias. Debemos hacer la pega.
Las principales tareas son reducir la desigualdad –emparejando la cancha-, formar vecinos comprometidos, invertir en espacios públicos seguros, estrechar la relación con nuestras polícías, fortalecer la fiscalía, tener penas efectivas, aumentar las denuncias, apoyar las investigaciones judiciales y sancionar públicamente –sin temor- a los agresores.
La agenda corta andidelincuencia, es un acierto y celebro su aprobación en primera instancia, porque pone el énfasis en penas efectivas, precisa las normas procesales de los jueces, entregan mayores atribuciones a las policías (de alto prestigio público). A ello se suma, modificar nuestro código penal que está obsoleto.
Valoro el esfuerzo del CORE que aprobó 15 proyectos de prevención y del Ministerio del Interior, que focalizó 1.040 millones de pesos en Ovalle. Lo importante, es invertir en prevención situacional del delito (luminarias, renovar espacios públicos, otros) y mejorando principalmente los espacios recreativos y deportivos.
Trabajar contra la delincuencia, de verdad, es tarea de todos. Tenemos derecho a vivir en paz.
Por Cristián Sáez Cáriz
Sociólogo, Magíster en Gerencia y Políticas Públicas
