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¿Despenalización o legalización? El proyecto sobre aborto en Chile

Hace algunas semanas pudimos ver cómo en Argentina se dictó la ley que legaliza la interrupción del embarazo. Por televisión y redes sociales asistimos a mareas de pañuelos verdes que inundaron las calles trasandinas con mujeres especialmente jóvenes, emocionadas por el reconocimiento a su autonomía, que celebraban y vitoreaban: “Hermanas chilenas no bajen las banderas, que acá somos capaces de cruzar la cordillera”.

Seguramente aquí en Chile el debate será mucho más álgido y teñido de mensajes dogmáticos que pretenderán impedir la autonomía reproductiva de las mujeres, una vez más.

El proyecto que se discute actualmente en el Congreso Nacional trata sobre la despenalización del aborto decidido por la mujer dentro de las primeras catorce semanas de gestación, a fin de que deje de ser considerado un delito.

No incluye el proyecto normas de legalización que obliguen al Estado a otorgar coberturas ni prestaciones a este respecto. La despenalización de la interrupción del embarazo significaría entonces, en las condiciones planteadas, el término de la clandestinidad en la que hoy se aborta en Chile, la que vulnera nuestros derechos humanos. Implicaría dejar atrás temores como a morir, o sufrir graves daños en la salud y, a ser perseguidas penalmente.Contribuiría a erradicar la condena social que hace enfrentar dicho proceso en soledad y abandono.

Los organismos internacionales de Derechos Humanos y, las orgánicas feministas están contestes en que la prohibición del aborto violenta gravemente los derechos humanos de las mujeres, volviendo urgente la tarea de legislar a este respecto.

Ello, porque el castigo penal a la interrupción voluntaria del embarazo desconoce nuestra condición de sujetas de derechos, de ciudadanas plenas, y soberanas sobre nuestros cuerpos.

Esta penalidad criminaliza nuestra autonomía, y profundiza las desigualdades sociales, ya que es una condena sólo para las mujeres pobres y las jóvenes, quienes se someten a prácticas inseguras, atentatorias contra la dignidad, por no verse expuestas a ser denunciadas.

Finalmente, nadie le obligará a usted a interrumpir su embarazo, solo le permitirá a quien así lo decide, no ser criminalizada.

Por Jeniffer Mella Escobar
Abogada Feminista

OvalleHoy.cl