Proteger la Denominación de Origen es honrar nuestra historia y apoyar a sus productores. Es más que un destilado, es patrimonio y reivindicamos su origen en nuestras tierras con hechos, no con mitos.
En el Día del Pisco, celebrado cada 15 de mayo, no solo brindamos por este destilado de uva que cautiva paladares, sino que también reafirmamos con orgullo su origen chileno, arraigado en los valles de Atacama y Coquimbo. Mientras algunos intentan disputar su procedencia, la historia, la geografía y la ley chilena son claras: el pisco nació y se perfeccionó en estas tierras, donde el sol, el clima árido y el saber ancestral de nuestros viñateros le dieron vida.
Los primeros registros históricos, incluidos documentos notariales del siglo XVIII, demuestran que ya entonces se producía en los valles de Elqui, Limarí y Copiapó. La uva moscatel, traída por los españoles, encontró aquí las condiciones ideales para transformarse en un espíritu único.
Hoy, Chile cuenta con una Denominación de Origen que protege legalmente al pisco, garantizando que solo las regiones de Atacama y Coquimbo pueden producirlo bajo estrictos estándares. Esta regulación no es un capricho, sino un reconocimiento a siglos de tradición vitivinícola. Basta probar un pisco chileno —transparente, triple destilado o envejecido— para entender por qué ha ganado premios internacionales y se ha convertido en un símbolo de identidad nacional.
El pisco no es solo alcohol; es cultura, turismo y economía local. Los productores de uva pisquera de los valles transversales, muchos de ellos pequeñas familias agricultoras, han mantenido viva esta herencia generación tras generación. Festividades en distintas localidades, las rutas pisqueras en los distintos valles, son testimonio de su importancia social.
En un mundo globalizado, proteger el origen del pisco es un acto de soberanía cultural. No se trata de negar otras tradiciones, sino de reivindicar las nuestras con hechos, no con mitos. Chile tiene una industria pisquera pujante, innovadora y respetuosa de sus raíces, que merece nuestro apoyo y difusión.
Este Día del Pisco, brindemos con orgullo por este destilado que lleva en cada gota el alma del norte chileno. Que cada sorbo sea un homenaje a quienes lo elaboran y un recordatorio de que, cuando hablamos de pisco, hablamos de Limarí, Copiapó, Huasco, Elqui y Choapa.
Por Angelo Lancellotti González
Periodista y ex director de OvalleHOY.cl