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El artista ovallino que” hizo arder” con sus pinturas al principal Centro cultural de Dinamarca

21 - 09 - 14 paulo escobar 2Art de Copenhague es la mayor feria internacional de arte moderno y contemporáneo de Dinamarca. A lo largo de los años, el foco artístico ha sido mostrar lo mejor de la escena del arte danés y nórdico. En 2013, se invitó a un público más amplio, y galerías de todo el mundo tuvieron la oportunidad de mostrar su arte en Foro de Copenhague.

Este año en la muestra Art Copenh Gen 2014 realizada en el Forum Copenhagen (que es como  un Centro Cultural Mapocho, pero en  nórdico) se hizo algo similar con artistas y galerías artísticas de toda Europa. Entre estas Alejandrogallery, de Barcelona, que entre los días 19 y 21 de septiembre expuso los impresionantes trabajos de 8 artistas contemporáneos: Juan Miguel Palacios, Frederik Næblerød, Rafael Guerrero, Luca Benites, Sergi Mesa, Oscar Padilla,  Joan Cabrer y del ovallino  Paulo Escobar Elorza.

Escobar-Elorza presentó en la muestra su inquietante trabajo denominado FireWorks.

“En Fireworks, señala la crítica Anna Adell, Paulo Escobar-Elorza sale de las rutas urbanas por las que había transitado en series anteriores, y nos conduce por autopistas suburbiales, nos estaciona en aparcamientos del extrarradio o nos adentra en florestas suburbanas.

Lugares anodinos cuyo habitual sosiego es perturbado invariablemente por un fuego súbito. Su  origen incierto activa una maraña de resortes asociativos en el espectador, haciéndole ingresar en un pozo de recuerdos propios y ajenos, entre la imagen onírica y la crónica periodística o el fotograma fílmico.

La obra de Paulo siempre se ha caracterizado por su facultad para propiciar lapsos cognitivos en los que los sentidos se agudizan. Indagando en los instantes liminares, entre la acción y la contemplación, nos hace tomar conciencia de nuestro proceder perceptivo. Sus escenarios inquietantes ocultan más que muestran; sugieren instantes dilatados en los que la credibilidad queda en suspenso para liberar el flujo del pensamiento, para que escuchemos sus mutaciones.

Al hacer intervenir el fuego, el artista intensifica la sucesión de tránsitos emocionales que van sedimentándose en nuestro interior, desde un instintivo estado de alerta a reflexiones ontológicas y evocaciones míticas. El elemento ígneo, sustancia informe y cambiante, es trasunto de nuestra conciencia, de su esencia transmutativa, de sus destellos fugaces e impresiones indelebles.

En las fisuras entre el espacio natural y el construido emergen estos umbrales hacia otra dimensión. Paulo flirtea con una amplia gama de registros narrativos sin casarse con ninguno: se nutre de géneros y lenguajes dispares como la pintura de historia, el paisaje clásico y la fotografía documental, desplegando juegos dialécticos entre la ominosa actualidad y la distancia histórica, entre el apunte bucólico y una violencia subterránea.

Hacer arder la imagen es insuflarle vida, hacerla vibrar al ritmo del pensamiento, abducir al espectador con el efecto hipnótico del fuego, con las figuras evasivas que las llamas dibujan y desdibujan en forma de sombras nocturnas. El hastío por la ausencia de respuestas se esfuma ante la intrigante belleza de la búsqueda”, concluye el comentario.

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OvalleHoy.cl