InicioOpiniónCarta al DirectorEl fin de una ilusión: La peste llegó a La Tranquita

El fin de una ilusión: La peste llegó a La Tranquita

«Concretamente, tanto el jefe comunal como el gobernador provincial tienen vela en este entierro», asegura el Profesor y Doctor en Filosofía oriundo de Carén, Luis Oro Tapia, quien señala que la ruralidad de Monte Patria ha sido afectada y responsabiliza a las autoridades.

Señor Director:

La peste llegó a La Tranquita. Nadie sabe dónde queda. Pero porqué habrían de saberlo, si es uno de los lugares más remotos de la comuna de Monte Patria y de la provincia del Limarí. Es la ruralidad pura.

¿Se pudo haber evitado? Sí. ¿Quiénes podían hacerlo? Las autoridades políticas locales, pero no fue así. ¿Descuido, omisión o frivolidad? A estas alturas da lo mismo; porque la peste ya llegó y la gente del campo perdió la ilusión de que era invulnerable a los males de la ciudad.

No obstante, lo ocurrido en La Tranquita es un síntoma inequívoco de que los jerarcas locales no han estado a la altura de las responsabilidades que se les han confiado. Dicho en redondito: han sido irresponsables, imprevisores y negligentes.

Concretamente, tanto el jefe comunal como el gobernador provincial tienen vela en este entierro. Pero lo más alarmante es que no se trata sólo de un descuido puntual. Por cierto, se trata de una peste que se suma a otra peste. De hecho, hay otro problema local endémico que pone de manifiesto la incompetencia de ambos, a saber: el galopante clima de inseguridad pública y los persistentes delitos en contra de la propiedad.

Ambas autoridades (el gobernador y el alcalde) han tenido tiempo, más que suficiente, para rectificar los yerros y negligencias de sus antecesores. Pese al tiempo transcurrido no hay resultados. Atendiendo a los hechos, sólo cabe concluir que ambos no son las personas indicadas para desempeñar el cargo que se les ha confiado.

Luis Oro Tapia
Doctor en Filosofía

OvalleHoy.cl