No sé si ustedes recuerdan el artículo 8 de la Constitución de 1980; uno que fue derogado en 1989, ese artículo declaraba ilícito todo acto (de persona o grupo) destinado a propagar doctrinas que propugnaran la violencia. Y ustedes se preguntarán ¿por qué se derogó? y la respuesta es muy sencilla y fue porque la oposición de esa época (la izquierda) estimaba que atentaba contra la libertad de expresión y que era un enclave del Gobierno Militar maliciosamente concebido por Jaime Guzmán y es cierto que el mismo Guzmán decía; “que habían ciertas doctrinas, que por su contenido no son admisibles en la vida cívica y que por lo tanto, no debían tolerarse como legítimas por el ordenamiento jurídico”. Lo curioso es que precisamente ésta frase de Jaime Guzmán, sea casi idéntica a una que aparece en el mensaje de un proyecto de ley que firmó Bachelet a inicios del mes de septiembre, en donde se tipifica como delito; la incitación a la violencia y en donde no sólo se castigará penalmente a los individuos que incurran en conductas de ese tipo, sino que también a las personas jurídicas.
Por lo tanto, ¿fue Jaime Guzmán un visionario?, ¿le habrá hablado en sueños a la Presidenta Bachelet?; quizás ella no se dio cuenta, pero no deja de ser curioso que sea justamente ella la que haya “resucitado” el pensamiento del fundador de la UDI y que haya además, firmado un proyecto de ley que excluye de la institucionalidad o sea que prohíbe a toda persona o Partido que suscriba a la doctrina Marxista. Porque en último término, varios de sus adherentes forman parte de su propio Gobierno y sí, he dicho que se prohíbe el Marxismo, porque la noción misma de la lucha de clases que el Marxismo predica es una forma bastante clara y categórica de incitar al odio y a la violencia.
Para graficar éste odio y violencia citaré a algunos referentes y símiles de ésta ideología como fueron por ejemplo; Lenin que dice: “realmente perder de vista la lucha de clases evidencia la más burda incomprensión del Marxismo. El Marxismo no rechaza categóricamente ninguna forma de lucha” por eso el mismo Lenin concluía que: “la muerte de un enemigo de clase, es el más alto acto de humanidad posible en una sociedad dividida en clases”; en la misma línea Mao decía: “que la tarea central y la forma más alta de toda revolución, era la toma del poder por medio de la lucha armada” y todos los comunistas deben ser capaces de comprender ésta verdad, pues no son palabras mías sino de sus propios sibilinos. De hecho Mao también decía: “el poder nace del fusil” y sin ir más lejos el mismo “Che” Guevara, decía: “el odio es un elemento central de nuestra lucha, el odio tan violento que impulsa al ser humano más allá de sus limitaciones naturales convirtiéndolo en una máquina de matar violenta y de sangre fría, nuestros soldados tienen que ser así” y éste es el ideal de los grandes referentes de la izquierda más extrema.
Ahora si el proyecto que impulsa el Gobierno, hubiera sido ley en Chile el año 1967, (sólo 3 años antes de que asumiera Allende), habría sido necesario sancionar penalmente tanto al Partido Socialista (PS) (el Partido de la propia Presidenta), como a sus integrantes y esto porque ese mismo año se decía en el Congreso de Chillán «la violencia revolucionaria es inevitable y legítima, constituye la única vía que conduce a la toma del poder político y económico y a su ulterior defensa y fortalecimiento; las formas pacíficas o legales de lucha reivindicativas, ideológicas, electorales, etc. no conducen por sí mismas al poder, el Partido Socialista las considera como instrumentos limitados de acción incorporados al proceso político que nos lleva a la lucha armada” y por supuesto que nada de esto está en el Museo de la Memoria, porque la memoria esa, es una memoria selectiva y tampoco se dirá que Allende en vez de ser un héroe no era más que un ser frívolo y que no tuvo empacho en violar todas y cada una de las leyes para llevar a cabo su proyecto.
Susana Verdugo Baraona.